La vuelta de los toros a Donostia alienta el contraataque pro taurino
El rey Juan Carlos asiste hoy a la primera corrida en San Sebastián tras la prohibición.
La vuelta de las corridas de toros a San Sebastián, que se verificará hoy jueves en presencia del rey emérito Juan Carlos I y será transmitida por TVE, se ha tomado entre el sector taurino como un punto de inflexión para contrarrestar las cada vez más intensas campañas contra la tauromaquia. Entre los profesionales y los aficionados, muy inquietos por el declarado antitaurinismo de los nuevos gobiernos municipales de algunas ciudades españolas, la reapertura del coso de Illumbe en esta retomada Semana Grande donostiarra se considera una victoria simbólica que trasciende más allá del hecho local.
No en vano, el ciclo taurino vasco que arranca mañana viene a terminar con dos años de sequía en los que la corporación regida por Bildu impidió que se celebrara festejo alguno en esta moderna plaza, que pasó a ser sede del equipo local de baloncesto y en la que recientemente dieron un concierto el mismísimo Bob Dylan y el muy taurino Andrés Calamaro.
Pero tras el cambio político provocado en las elecciones municipales del pasado 24 de mayo, que dio paso al gobierno en coalición de PNV Y PSE, se ha podido organizar el regreso de las corridas a una ciudad que, hace unas fechas, estos dos mismos partidos y el PP rechazaron declarar «antitaurina», como pretendían los actuales ediles de Bildu. El coso de Illumbe, de 10.000 localidades fue inaugurado en 1998 por la también donostiarra familia Chopera, grandes empresarios taurinos que ya devolvieron los toros a la ciudad después de otro vacío de veinticinco años tras el derribo de El Chofre, que fue una de las plazas de mayor categoría del mundo y centró la larga tradición taurina de la capital guipuzcona.
Según un estudio elaborado por la Cámara de Comercio local, desde la apertura del nuevo escenario hasta 2012, fecha de la última Semana Grande taurina, las corridas de toros generaron en San Sebastián un impacto económico de casi 120 millones de euros, con una media anual de 63.000 asistentes a los tendidos. De tal repercusión económica, precisamente, se deriva la buena acogida que la vuelta de los festejos taurinos ha tenido entre los hosteleros y comerciantes locales, según asegura el empresario Pablo Martínez Labiano «Chopera», que retoma, ahora como arrendatario, la gestión de la plaza levantada, no sin problemas, por su propio padre y que acabó en manos del ayuntamiento. Para el festejo de la reinauguración se había previsto un cartel con mucha carga sentimental, en tanto que la empresa intentaba rememorar el mismo que se dio para la apertura de la plaza el 11 de agosto de 1998.
Y así, mientras que los toros serán de la misma ganadería que entonces, la de Torrestrella, como lidiadores se quiso que repitieran paseíllo Enrique Ponce y Francisco Rivera Ordóñez, aunque este último, tras la grave cornada sufrida el lunes en Huesca, ha tenido que ser sustituido por el joven López Simón. El tercer espada del cartel no podrá ser José María Manzanares, fallecido el pasado otoño, pero su puesto lo ocupará su hijo del mismo nombre, que también está instalado en los primeros lugares del escalafón.