La Generalitat lamenta ahora el boicot al músico judío Matisyahu
El Rototom Sunsplash afronta quinta jornada mientras continúa muy viva la polémica surgida tras la anulación de la actuación del artista estadounidense Matisyahu tras la campaña de Boicot, Desinversions y Sancios (BDS) a Israel del País Valencià.
BDS pedía a los participantes en el festival que «consideraran» su participación en el Rototom Sunsplash por la actuación de Matisyahu al que calificaban como «un artista reggae judío estadounidense que ha participado en festivales ‘prosionistas’, ha reconocido ser un amante de Israel y ha llegado a afirmar que Palestina no existe».
El festival pidió al artista que se pronunciara «abiertamente» sobre si cree que Palestina tiene derecho a tener un estado propio y sobre si rechaza formalmente cualquier tipo de violencia. Finalmente y tras dos días sin respuesta por parte del artista el Rototom anunció el pasado día 15 la cancelación de su actuación programada para el sábado 22 de agosto.
Surgió entonces en las redes sociales una oleada de quejas y críticas por la cancelación del artista, y el hecho se ha reflejado en numerosas páginas web y medios de comunicación de todo el mundo. El propio artista se pronunció en su página de Facebook afirmando haber sufrido una «presión espantosa y ofensiva» por parte del festival para pronunciarse sobre sus creencias políticas.
Matisyahu se preguntaba si «a otros artistas programados se les ha pedido que hagan valoraciones políticas» y ha asegurado que «ningún artista merece ser puesto en tal situación».
Otras instituciones se han pronunciado abiertamente en contra de la cancelación como la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) que calificó de «cobarde, injusta y discriminatoria» la cancelación de la participación del artista judío estadounidense.
El gobierno valenciano se ha pronunciado para lamentar la anulación del concierto del hebreo Matisyahu en el festival Rototom y han defendido la libertad de expresión. El consejero de cultura ha afirmado que cree en la libertad «absoluta» de expresión y ha insistido en que «no se puede forzar a nadie a que opine; si se le contrató seguramente fue por criterios artísticos». «No se debería haber forzado al artista a hacer declaraciones a favor del estado palestino», según Girona.