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EN EL PALACIO DEL CONDE LUNA

Hachas al alcance de los niños

Figuras rotas, armas al alcance de los estudiantes, proyecciones apagadas o salas destinadas a almacén desvirtúan el museo llamado a convertirse en el centro de referencia del Reino de León. Estas dos fotos muestran de manera ilustrativa el peligro que corren los niños durante las actividades educativas que tienen lugar en el centro. La sala a la que se han destinado los talleres está flanqueada por armas auténticas que pueden cogerse sin problema, como hachas y espadas.

Imagen de una de las escenas que se crearon para la muestra Raíces, con la que se abrió el palacio del Conde Luna.

Publicado por
CRISTINA FANJUL | LEÓN
León

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Era el verano de hace cinco cuando el palacio abría sus puertas con la ambición de convertirse en el Museo del Reino. Un proyecto expositivo mostraba al visitante los hitos principales que convirtieron la antigua sede de l Legio VII en el lugar desde el que el España cristiana volvía a alumbrar su propia historia. Poco queda de lo que entonces se presentaba y casi nada de lo que se proponía. Los audiovisuales que recibían al visitante para ponerle en contacto con los orígenes del Reino de León lleva ‘desenchufado’ desde hace al menos dos años y medio sin que los responsables del museo hayan tenido a bien adquirir de nuevo los cedés. A cambio, se ha instalado una muestra de ‘papiroflexia’ que poco o nada tiene que ver con las tribulaciones de la historia.

Pero, sin duda, uno de los grandes ‘hits’ del museo fue el cambio del área didáctica, la zona reservada a los talleres y actividades para los niños. En el argumentario museístico diseñado por José Manuel Montañés, este espacio se encontraba en una de las salas más bellas de todo el palacio, un corredor con grandes cristaleras desde el que puede verse uno de los tramos escondidos de la muralla. Sin embargo, la responsable del museo, Gemma Rodríguez, decidió modificarlo para convertirlo en su despacho. Los niños fueron entonces ‘exiliados’ a un lugar de paso en el que sus mesas están junto a armas reales —espadas, hachas, etc— al alcance de cualquiera. En los últimos años, y según datos aportados por el Ayuntamiento, han pasado por los talleres 50 niños a la semana.

Las escenas con las que se representan algunos de los capítulos fundamentales de la historia también han perdido lustre y en algunos casos las figuras se mantienen con celo.

Restos de otras muestras

La sala del conde don Claudio, embajador de Carlos I en Trento, se ha convertido en una suerte de almacén en el que se guarecen restos de la exposición de Palat del Rey sobre las Diócesis que sirvió como extensión de Raíces, la muestra de inauguración del palacio. Y, sin embargo, don Claudio fue uno de los personajes más atrayentes de su época. Cuarto conde de Luna, fue uno de los grandes árbitros del Concilio de Trento, en el que influyó en los padres conciliares españoles. Por otro lado, hay que destacar que el palacio no ha acogido ninguna actividad académica o exposición relacionada con el Reino, mientras que, sin embargo, sí ha estado involucrado en otro tipo de actividades, como exposiciones de arte contemporáneo.