PATRIMONIO
La Junta espera desde hace cuatro años el plan del ministerio para salvar Lancia
Cultura exigió que los restos arqueológicos fueran visibles y visitables y Fomento sigue sin enviar el proyecto.
Los restos arqueológicos de Lancia siguen tapados bajo tierra. Fue una solución temporal, para preservarlos de saqueos y de la dureza del clima leonés, hasta que el Ministerio Fomento tuviera un plan, tal como le exigió la Junta en 2011, para dejar visible y visitable el gran yacimiento que afloró durante las obras de la autovía entre León y Valladolid.
Nada ha cambiado en cuatro años. La consejera de Cultura, Josefa García Cirac, que ayer visitó León, se negó a comentar el asunto porque, dijo, «es competencia de Fomento». Tras aclararle un periodista que el Patrimonio corresponde a su departamento, insistió en no hacer declaraciones. Fuentes de la Dirección General de Patrimonio reconocieron que siguen esperando, cuatro años después, por el proyecto del ministerio que preside Ana Pastor, quien en febrero anunció una inversión de diez millones de euros para construir el puente que ‘sobrevolará’ el yacimiento de Lancia y permitirá continuar las obras de la autovía a Valladolid. El vial tendrá dos apoyos y una longitud de más de un kilómetro.
Aunque los técnicos de Patrimonio han mantenido sucesivas reuniones de trabajo con los especialistas de Fomento para perfilar una solución que ‘concilie’ la preservación del yacimiento con la construcción de la autovía, falta que se materialice en un proyecto.
Ya en el año 2006 los arqueólogos advirtieron de que el trazado se acercaba peligrosamente a una necrópolis y a las llamadas Cuevas Menudas (eremitorios altomedievales) y dañaría el yacimiento romano de Mataganado, así como vías romanas a la altura de Villasabariego, Mansilla de las Mulas, Villaturiel y Mansilla Mayor. Asimismo, el trazado cortaría el Camino de Santiago-Vía Trajana a la altura de la urbanización en Mansilla de las Mulas y de Arcahueja.
Los trabajos de la autovía sacaron a la luz un gigantesco yacimiento, conocido como Sublancia, donde se encontraría el ‘cinturón artesanal’ de la ciudad que los romanos conquistaron a los astures. Pocos temas se han ‘enquistado’ como Lancia, que movilizó a varias asociaciones, quienes crearon una plataforma para evitar la destrucción de uno de los mayores yacimientos arqueológicos del país. Además, Lancia provocó un pequeño ‘cisma’ en la propia Junta, cuando en una reunión de la Comisión Territorial de Patrimonio dos de sus miembros votaron en contra de enterrar los restos, lo que provocó que la decisión final recayera en una instancia superior, en Valladolid. Cuatro meses después, la Comisión de Patrimonio Cultural acordaba que el proyecto debía modificarse para hacer viable la conservación de los vestigios. Además, dejaba claro que los restos debían ser visibles y visitables y exigía a Fomento completar el estudio arqueológico.
En abril de 2012, Fomento tapaba las ‘reliquias’ halladas en Lancia con una capa protectora de geotextil y arena, después de que se hubieran producido varios saqueos. Bajo esa capa están los restos de un barrio industrial con hornos y fundiciones, la primera necrópolis de incineración localizada en León, un tramo de calzada romana, un horno de finales del siglo I para cocer tejas, otro medieval, unas termas y un edificio de planta basilical, entre otros hallazgos.
Las excavaciones demostraron que el complejo de Lancia es gigantesco. Ocupa 700 metros en línea entre Villamoros de Mansilla y Mansilla de las Mulas. Pero los expertos consideran que podría ser mucho más extenso.