Los ‘Vitrales’ de Pablo Gago ya forman parte de los tesoros de la ‘Pulchra’

Pablo Gago ya estará presente por siempre en la Catedral. Ha donado dos cuadros a la sección contemporánea del Museo Catedralicio. Son obras de pequeño formato pero de un gran contenido emocional. El artista recuerda que los colores de las vidrieras catedralicias siempre cambiantes, siempre vivos, le inspiraron sus primeras manchas, aquellas que le llevarían a ser considerado como el pionero leonés del arte abstracto.

Con el brillante ceremonial que acostumbra la Iglesia, los cuadros fueron presentados al público en un acto en el que el pintor reconoció sentir emoción al pesar que sus pinturas van a tener un lugar en el asombroso templo que conoció de niño.

«Yo no era consciente en aquel momento —comentó—, cuando pinté estos cuadros en los años cuarenta del pasado siglo, de que mis pinturas pudieran tener otra trascendencia que no fuera mi propia aventura de investigación a través del arte. Lo mío es pintar por pintar y hay veces en las que me sorprende el resultado de lo que estoy haciendo. Mi mérito está en la continuidad, la continuidad me permite vivir en el mejor de los sentidos, que es el de encontrar un objetivo a la vida que esté más allá de la propia existencia. Ayer cumplí 89 años, y hace ya mucho, en esta misma Catedral, empecé a intuir algo que necesitaba expresar. Por lo tanto es emocionante volver al origen y dejar para siempre aquí mi visión de la luz a través de los vitrales catedralicios».

Con Picasso y Tàpies

El director del Museo de la Catedral, Máximo Gómez Rascón, fue el encargado de recibir las obras donadas por Pablo Gago. «Estos cuadros —explicó—, Vitrales , como él quiere titularlos, son representativos del momento en el que el artista descubrió las vidrieras de la Catedral como fuente de inspiración. El artista, en estos cuadros, no reproduce las vidrieras como habían hecho con gran acierto otros artistas, sus cuadros nacen en otra órbita y roturan otros caminos».

«Cada uno de estos cuadros, a pesar de su pequeño formato —prosiguió—, se convierte en una síntesis dinámica y viva de la energía y las sensaciones que produce la luz con su fuerza expansiva y flotante en los espacios interiores de la Catedral».

Pablo Gago ha compartido exposiciones e ideas con los artistas más importantes del siglo XX; en 1953 realizó una primera exposición colectiva, que compartió con Picasso, Calder y Tàpies, entre otros. A partir de entonces montó muestras en París. Barcelona, Madrid o México. Con Saura y con Fernando Sáez anticiparía la Nueva Figuración. Vendría después su estancia en México, donde trabajó como escenógrafo cinematográfico. Allí seguiría pintando y trabajando en grandes murales que, posteriormente, también realizaría en Madrid. Gago nunca dejó de pintar y lo sigue haciendo intensamente, pero también realizó los escenarios de innumerables obras de teatro, películas y programas de TVE.