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cultura

Cervantes se pliega a Vela Zanetti

Madrid rescata en una exposición la etapa dominicana del pintor leonés.

Detalle de un rudo personaje de Vela Zanetti que se expone actualmente en el Instituto Cervantes.

León

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Un viaje de 76 años. El artista Vela Zanetti huyó a la República Dominicana en 1939 y ahora su obra regresa en la exposición Modernidad y Contemporaneidad en el arte dominicano,que alberga el Instituto Cervantes. Una muestra que reúne obras de 43 autores, entre ellos los españoles Vela Zanetti, Eugenio Fernández Granell, José Gausachs y Antonio Prats Ventós. Se trata de 40 pinturas y cinco esculturas pertenecientes a la Colección de la Dirección General de Aduanas del Gobierno de la República Dominicana, que pueden verse en la sede del Instituto Cervantes, en Alcalá 49, hasta el día 29.

La República Dominica salvaba hace tres años los murales que el ‘leonés’ Vela Zanetti pintó para la catedral del dictador Trujillo, uno de los más sanguinarios del siglo XX. La iglesia de Nuestra Señora de la Consolación está enteramente decorada con escenas bíblicas, obra del artista de Milagros. En este templo, conocido también como ‘La citadina de América’, Vela Zanetti pintó 22 frescos en las naves y el crucero, dos en presbiterio y coro, además de la cúpula y el tambor. José Vela Zanetti, que vive su primera infancia en León, cuando su padre, un veterinario republicano se traslada a esta ciudad, se ve obligado a exiliarse a la República Dominica en 1939. Huyendo de la dictadura del general Franco, acabará bajo el yugo de otro dictador, el general Trujillo, que gobierna en la República Dominicana con puño de hierro hasta 1960.

El exilio dominicano

Los primeros años del destierro, sin abandonar la creación, Vela Zanetti sobrevive en el país caribeño como pintor de brocha gorda. Nueve años antes, en 1932, había realizado su primera exposición en el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, que le concede una beca para estudiar en Italia. No será hasta una década después de su llegada a la República Dominicana cuando culmine las pinturas de la catedral de San Cristóbal.

Vela Zanetti, becado en los años cincuenta por la Fundación Guggenheim, que le permite viajar a Nueva York donde llevará a cabo el célebre mural de las Naciones Unidas, dejó en la República Dominicana 87 murales.

Decía Victoriano Crémer, gran amigo de Vela Zanetti, que no quería que le dedicaran una fundación porque esta es la manera más rápida de que te olviden. Querido, denostado e imitado hasta la saciedad, la fundación de José Vela Zanetti, el artista burgalés que quiso vivir en León y que sus últimas cenizas se esparcieran en el río Bernesga, se ha ido apagando desde su apertura en 1995, cuatro años antes del fallecimiento del pintor. La inauguración coincidió con su 82 cumpleaños. «Este es mi destino definitivo», dijo entonces. Una auténtica ‘lacra’ para el Ayuntamiento, que destina a su mantenimiento en torno a 20.000 euros anuales.

Hace cinco años el Ayuntamiento puso en marcha una ruta por las obras de Vela Zanetti en la ciudad, del ILC al hotel Conde Luna, pasando por el propio consistorio de San Marcelo, la iglesia de Jesús Divino Obrero, la antigua Escuela de Comercio y los colegios Leonés y Maristas. Un itinerario que pasó desapercibido y apenas tuvo repercusión.

Vela pasó la mayor parte de su juventud en León y aquí se inició como pintor. En León encontró también a la mujer de su vida, Esperanza de las Cuevas. Tras estallar la Guerra Civil, el artista huye de España porque no quiere ser testigo de un enfrentamiento fratricida. Comienza así su doloroso exilio. Vela Zanetti se había casado con una judía polaca llamada Sacha, de la que se divorcia poco después de pintar el mural de la ONU, en 1953. Escribe entonces una carta a un amigo leonés preguntándole por una joven a la que no ha podido olvidar. Quiere saber, antes que nada, si está viva. Su amigo le responde que Esperanza de las Cuevas reside en Suiza. Vela Zanetti le escribe proponiéndole que se ese verano se encuentren en Venecia. Ella acude a la cita y se enamoran. Luego continúan su relación por carta y, finalmente, acaban casándose. Vela le regala un conocido autorretrato —que ahora esta en su fundación del Corral de Villapérez— y ella le entregó un puñado de tierra de La Candamia...

Vela Zanetti dejó innumerables obras ‘esparcidas’ por León. En 1965, por encargo del entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga, el artista realizó una veintena de cuadros para el Hostal de San Marcos, entre ellos una curiosa Catedral de León con toques caribeños.

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