La historia de ‘Trágala, trágala’ crece con el «fusilamiento» de Artur Mas

Trágala, trágala , la comedia transgresora de Íñigo Ramírez de Haro sobre la realidad histórica de España, sigue incorporando elementos de actualidad hasta hacerse «mucho más grande, fuerte, popular y divertida» con la inclusión de Artur Mas y su «fusilamiento» a cargo del pueblo de Madrid. «Como no hay soldados y tampoco actores, porque Montoro ha subido el 21% de IVA, necesitamos voluntarios de entre el público. Es como si Madrid fusilara a Artur Mas», explica el autor de esta obra, que puede verse actualmente en el Teatro Nuevo Apolo de la capital. Dirigida por Juan Ramos Toros, de la compañía Yllana, y con música de Ron Lalá, Ramírez de Haro es plenamente conscientemente de su apuesta por la polémica -un derecho a «ser individual y a pensar», defiende-, pero subraya vivamente que todo se hace desde la comedia, porque «España no es una tragedia, sino un sainete». Como en su estreno en marzo, se mantiene la premisa de que aquí «nunca cambia nada», a través de una trama en la que Fernando VII resucita y es sometido a psicoanálisis, mientras se encuentra con diferentes personajes tras las elecciones catalanas y las legislativas del 20 de diciembre. El monarca, encarnado por el actor Fernando Albizu, se topa con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que representa «la amenaza de la extrema izquierda», y con Letizia Ortiz, «una chica republicana, sindicalista y atea que bautiza a sus hijos», por lo que justifica la «desmemoria del país».