Pablo Gago inunda ‘la embajada’ de Madrid con su memoria leonesa
El histórico artista expone en la calle Pez y regala a la Casa una de sus creaciones.
Pablo Gago es un pintor que mira con la perspectiva del tiempo 80 saludables años. Hay memoria y hay recuerdos, y en su caso no tiene la necesidad de reabrir un cajón o de desempolvar un álbum. Pero conserva, aunque sea autor consagrado, la curiosidad por dejar que su obra sea observada. Gago expone, desde ayer, en la Casa de León en Madrid una colección que ha titulado Recuerdos de León . En lo que a él concierte, los que parten del kilómetro cero de su ciudad y de su vida: «Yo soy leonés de la avenida Ordoño II. Allí, al principio de esa calle, próximo a la plaza de Guzmán el Bueno, empecé a descubrir el mundo», aseguraba en conversación telefónica un par de días antes de la inauguración de su Recuerdos ...
Y con tal reclamo como título, tratándose de la Casa de León en Madrid, es seguro que si el día inicial es un éxito de apoyo y cariño, a lo largo de las semanas que se mantendrá la muestra en las paredes del centro leonés de la calle Pez, serán muchos los paisanos que pasarán a revivir su León en los pinceles de Gago.
Y aunque Pablo Gago, que reside en Madrid pero que ahora está de gran actualidad en el viejo reino por su generosa cesión de obras, tiene un curriculum aplastante de pintor de éxito y trayectoria transversal en el tiempo y las tendencias. El leonés también contaba que se sentía muy agradecido por el cariño mostrado estos días a su paso por la Pulchra . «Tengo la suerte de poder decir que, tanto hacia mi obra como hacia mi persona, siempre he tenido reconocimiento y afecto. Y de León, también», asegura con modestia. Su amor a su tierra natal, materializado en esta exposición en la Casa de León en Madrid presidida por Alfredo Canal Recio, se representa en una frase que pronuncia con determinación: «A León voy en cuanto puedo», dice, dejando claro que son las obligaciones las que imponen la distancia.
Puede ser por ello que lo que puede interesar más de Pablo Gago es aquello que se podría denominar la memoria genial. Ese cuadro que puede que esté observando alguien ahora mismo no es una mera copia fotográfica o una pintura a pie de escena. Es la Catedral de León que Gago, un histórico de la creación plástica, pinta guiado por sus recuerdos. De tanto verla y añorarla, lo que se ve es eso. Y el resto igual. Un León tamizado por la memoria de un artista que sabe mirar y amar a su tierra.
Y que ha hecho de su éxito un pretexto para no olvidar que León es, sin lugar a dudas, la ciudad de sus recuerdos.