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INVERSIONES SIN USO

Un millón de euros suspendido en el vacío de la ‘Pulchra’

Las costosas estructuras instaladas para acercar la Catedral a los visitantes se encuentran vacías o están infrautilizadas

Vista del ‘kiosco’ que acogió talleres, presentaciones y charlas, y que ahora permanece vacío y sin uso en el claustro catedralicio. Debajo, una de las plataformas

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E. GANCEDO | LEÓN
León

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Duró seis años y su éxito fue arrollador. Tanto, que a día de hoy la Catedral de León y la cercana oficina de turismo continúan recibiendo llamadas telefónicas de personas interesadas en ‘subirse’ a los andamios del gran templo gótico y en pedir cita para contemplar las vidrieras de frente y de tú a tú, como si se tratara de un inmenso libro de plomo y vidrio coloreado. Pero esa posibilidad, la parte del programa restaurador El Sueño de la Luz denominada ‘plan de difusión’, ya no existe, pues expiró a finales de 2013.

Y eso a pesar del incontestable entusiasmo con el que resultó acogida entre el público local y el visitante: exactamente fueron 193.334 los visitantes que ascendieron catorce metros sobre el suelo de la Pulchra para comprobar in situ la marcha de la restauración de vidrieras entre la Semana Santa de 2007 y el mes de diciembre de 2013. Pero para hacer todo eso posible resultó necesario un notable esfuerzo económico y técnico: elevar sobre el diáfano espacio de la nave central dos grandes plataformas de madera y metal, de 80 metros cuadrados de superficie, a ambos lados del triforio, y montar en el claustro del primer templo leonés un gran ‘cubo’ o ‘kiosco’ de colores donde se desarrollaron talleres infantiles, charlas, presentaciones, etc., pero que ahora no sólo permanece vacío sino que interrumpe la contemplación del lugar y la afluencia de gente en actos y festividades, tal y como sucedió en las pasadas Cantaderas.

La voz de los números

Las cantidades invertidas son buena prueba de aquel esfuerzo: a la primera fase del plan de difusión, transcurrida entre los años 2007 y 2009, correspondieron 1,2 millones de euros, que pagó el gobierno autonómico y la entonces Caja España, mientras que durante la segunda fase (de 2009 a 2013), el plan se llevó 120.000 euros aportados por las instituciones, aunque también se sumaron los ingresos obtenidos por las visitas —y la cifra no es nada desdeñable, en total se recaudaron 402.000 euros durante esos seis años—. Por su parte, el pabellón didáctico, ‘cubo’ o ‘kiosco’ multicolor del claustro costó 100.000 euros.

Desde entonces, y a pesar de las promesas, todas esas costosas estructuras aguardan continuar con el cumplimiento de la misión para la que fueron creadas. El caso de las plataformas es diferente porque también han de servir para los trabajos de restauración de las vidrieras que aún esperan ser reparadas, pero el gran ‘cubo’ se encuentra vacío y aún no se le conoce función futura alguna.

Y así, desde el cabildo catedralicio se informaba recientemente de cómo se está prosiguiendo la rehabilitación de los vitrales ubicados en la zona de una de las plataformas, recordando además que, según el último acuerdo alcanzado entre gobierno autonómico y la institución religiosa, «la reparación de vidrieras, pináculos y contrafuertes corren de nuestra cuenta, mientras que el pórtico y las esculturas, de ellos».

Por su parte, la consejera de Cultura, María Josefa García Cirac, confirmaba el pasado 29 de octubre la partida de la Junta de Castilla y León para la Catedral durante todo el año próximo: 150.000 euros, mientras que el cabildo, previsiblemente, invertirá una cantidad similar.

Preguntado, en concreto, por la posible continuidad del plan de visitas a las ‘alturas’ de la Catedral, Mario González, administrador del cabildo, no confió en ello, achacándolo al «alto coste» que suponía mantener a cuatro guías profesionales contratados durante todo el año. Un coste que, según otras fuentes, rondaría los 90.000 euros anuales. «Todo tiene un fin en esta vida», sentenció González.

Sea como fuere, la experiencia de subir catorce metros para ver la Pulchra Leonina desde una perspectiva inédita resultó tremendamente atractiva. Y la demanda y el interés por parte del público continúan. Lo que no hay es oferta.

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