«Si fuéramos catalanes, habría leoneses hasta en la sopa»

Alejandro Cartujo siempre on fire , pero con una sonrisa. Vehemente, pero con el tiempo entrañable. Batería compulsivo. Ahora en Genes en busca del power-pop perdido. Supo qué era lo más parecido al éxito en los años dorados de Fundición Odessa, cuando les producía el ex Cardiaco Carlos Suárez. Después se recicló en artista plástico, ilustrador, diseñador y lo que se le ponga por delante, que, tranquilos, él lo pasará por encima. Si hay cosas que mejoran con el tiempo, una es la actitud de Cartujo. En el Babylon, hoy (22.30 horas, 3 euros), lo que es seguro es que Genes se la jugará como si les fuera la vida en ello. Aunque sólo sea un próximo disco para el que buscan financiación de la manera más honesta: el directo sin trampa ni cartón.

—¿A veces descansa?

—Antonio Vega lo decía: El sitio de mi recreo. Lo de descansar, cuando esté cansado y de momento no toca, toca combatir en todos los sentidos. Soy autónomo y padre.

—Llega a Genes tras una larga trayectoria. ¿Ha descubierto que esto de la música es un camino por una larga carretera?

—Genes fue un descubrimiento. Los espíritus afines que compartían conmigo ilusión y proyectos fueron quedando por el camino. Necesitaba otros nuevos y los encontré con nombre y apellidos, y de ahí nació el proyecto: Dani, Pilar, Jorge y Jose. Sin ellos nada.

—Usted que triunfó, ¿cree que el éxito es mantenerse con dignidad?

—Me ha quedado claro que triunfar es mantener la llama encendida, cuando empiezas en esto eres como un burro detrás de una zanahoria. Ahora estoy en modo pura sangre, que con correr libre le vale. Genes es una amalgama de gustos e influencias. Mis compañeros no guardan mierda debajo de la alfombra, todo lo que llevan dentro es auténtico y rico, por eso sale lo que nos sale.

—León: ¿Tierra de músicos?

—León es tierra de creadores, de artistas de todas las disciplinas. Si fuéramos catalanes, los leoneses estaríamos hasta en la sopa. Pero León, por naturaleza es cainita y mira con cierto recelo a sus hijos más singulares, incluso puede llegar a devorarlos.

—De sus tiempos en Fundición Odessa, ¿no es mejor quedarse con lo bueno y no con lo que pudo ser y no fue?

—Fundición Odessa tocó el cielo y el infierno, y de esos cambios de temperatura uno se templa, se endurece y se perfecciona. Y si no, mal asunto.

—¿Cuáles son los retos actuales de Genes?

—Después de tocar en Babylon seguiremos grabando, este nuevo trabajo va a ser increíble. Afrontamos muchos retos y hemos trabajado duro para superarlos. Seguiremos tocando fechas comprometidas en Benavente, Cacabelos, Gijón, Ponferrada... En el Babylon daremos un conciertazo.