«No tengo alma de solista, mi vocación es la de componer»

pacho rodríguez | león

Decir Pablo Novoa remitiría a momentos irrepetibles si no fuera porque el vigués no se ha parado nunca. De, por ejemplo, Golpes Bajos, a colaboraciones con Julieta Venegas, Mastretta, Josele Santiago o Iván Ferreiro, con el que entró para tocar unos meses y lleva siete años, lo que Novoa ha aportado a la música popular hecha en España es de premio. ¿Y dónde están los premios? A él le da igual porque asegura ser de perfil bajo, un paso por detrás del artista principal. Pero, de vez en cuando, pasan cosas bellas en la vida y una es la que lo trae a León. Radio Pesquera, ese artefacto en el que une talento junto a Nono García. Una guitarra española, flamenca, junto a una eléctrica. Un Norte y Sur de la música en el que la complicidad y la empatía son el hilo argumental. Y un disco de cabecera como el que presentan hoy en el Gran Café que es una radio que emite jazz, blues, flamenco... de Vigo a Barbate.

—¿Cree que ha sido un tanto camaleónico a la hora de participar en proyectos?

—Tanto, no creo. Lo que sí es cierto es que hay que currárselo mucho para tocar con artistas diferentes. Y adaptarse a cada cosa cuesta. Lo que tengo claro ahora es que trabajar a disgusto ya no me apetece. Por muy bueno que sea el artista, si es un borde, paso de tocar con él. También ocurre que me lío con gente que me entiende.

—Pero tanto bagaje le daría para más cosas como solista...

—Siempre he sido un músico que está un paso por detrás. Soy el músico que trabaja para alguien, porque nunca he tenido alma de solista. Y al final le saco partido a ese planteamiento. Trabajar con gente tan variada es como ir un día al campo y otro a la playa. E instrumentalmente, aunque toque otras cosas, lo que soy es un guitarrista puro.

—Usted vivió lo que se llamó la movida viguesa de mediados de los 80. ¿Recuerda cómo fueron aquellos años?

—Lo tengo presente de alguna forma. Éramos una generación que quería aprender a tocar. No sabíamos mucho y éramos muy pocos, pero muy ávidos por todo lo que pasaba. En aquellos años el punk nos llevó por delante, porque queríamos hacer cosas con mucha energía.

—¿Está satisfecho de este proyecto junto a Nono García, ‘Radio Pesquera’?

—Radio Pesquera es un proyecto humilde, que no es ni carne ni pescado. Hay jazz, pero tampoco. No sé cómo definirlo. Sin ser el invento del siglo, es una mezcla interesante. En mi caso, pertenece al otro lado de mi vida.

—Cómo lleva ser el coprotagonista?

—Hace años hice mi primer disco, Cruzo el Atlántico (Subterfuge). He de decir que me animaron y yo rápidamente dije que sí, porque lo que tengo es vocación de componer. Con esto de Radio Pesquera quería dar salida a temas nuevos. Y tenía claro que quería a un gran guitarrista que fuera diferente a mí. Y, de paso, que me diera clases de guitarra. Pensé que con Nono podría hacer todo eso y lo más importante, que podríamos ser amigos. La premisa fue que no se tratara de un duelo. Y aceptó. También pensé: menos mal, yo iba a salir perdiendo...

—¿Y así fluyó todo tan rápido, lo que se va a oír hoy en el Gran Café?

—A mí los primeros ensayos me pusieron las pilas. Pero todo era un poco caótico. No sabíamos qué hacer. Decía Nono: «¡Esto por alegrías!». Y yo: «Nono, que soy gallego...». Pero luego fueron saliendo las cosas.