«Sabina es el mejor letrista en castellano»

PABLO RIOJA | LEÓN

«Sabina es uno de los cantautores más grandes de la historia». La frase, dicha así, bien podría suscribirla cualquiera que se haya dejado atrapar por alguna de sus letras al menos una vez en la vida. Pero quien la suelta —totalmente convencido— es uno de sus principales ‘escuderos’, su inseparable Pancho Varona. Un compañero de aventuras que hoy y mañana le ‘pondrá los cuernos’ —con consentimiento de causa— junto a Antonio García de Diego y Mara Barros. Será en Espacio Vías, desde las 22.30 horas, bajo la excusa de rendirle homenaje con unas ‘Noches sabineras’ que cumplen diez años.

Hay mono del de Úbeda, eso está claro. Y a falta de gira a la vista —Varona confirma que casi seguro habrá nuevo disco este año— bien vale un revival de sus temas míticos interpretados por los que son sus principales músicos desde hace décadas. «La gente que quiera también podrá subirse al escenario a cantar», señala quien lleva la friolera de 33 años musicalizando la mayor parte de versos del que muchos consideran el mejor poeta sonoro del siglo XX. «El concierto está pensado para tener dos partes. En la primera somos nosotros quienes cantamos entre diez y quince temas de Joaquín, para después dar paso a los fans». Los interesados en meterse en el traje y la piel de Sabina por unos minutos tendrán la oportunidad de apuntarse al principio en una lista «totalmente democrática». Eso sí, sólo habrá hueco para los más rápidos. «Subiremos a los cinco primeros, que tienen cerca de 40 canciones a su disposición para elegir», puntualiza.

Asegura Francisco José López Varona que siente «mucho respeto» cada vez que se lanza como solista de las canciones que acostumbra a tocar. «Me sentiría un intruso si sólo fuesen de Joaquín, pero al haberlas hecho en parte también las siento un poco mías». Sobre lo que opina Sabina de estos tributos, Varona afirma que le da «mucho pudor» porque la idea lleva su apellido. «Nunca ha venido a vernos pero le parece genial que lo hagamos, porque al fin y al cabo esto nos da trabajo cuando no estamos de gira con él. Siempre se preocupa por nosotros».

La canción que más emociona a este compositor madrileño con raíces leonesas es, «sin duda alguna, Peces de ciudad. Sencillamente me pone la piel de gallina. También otras como Y sin embargo o Contigo». De León habla maravillas, entre otras cosas porque parte de su familia vive en Astorga. «Ya tenía ganas de poner una chincheta en el mapa cubriendo esta tierra que tanto amo», dice.

Cuando se suba al escenario esta noche seguro que habrá más de un guiño a los leoneses. Y al bajarse, aunque no se vuelve vulgar, sí que trata de llevar una vida tranquila. «Me encanta madrugar, no sé, ¿me estaré haciendo viejo?», ríe mientras me confiesa que uno de sus grandes hobbies es la cocina y no, ya lo era mucho antes de Masterchef. Lo que no perdona es su ratito al día para encerrarse y escribir algo. «A la hora de componer yo relleno crucigramas y Joaquín hace canciones». Es lo que tiene trabajar junto al «mejor letrista que hay en castellano». No se le escapa a este genio que toca junto al Genio que el panorama musical español no pinta nada bien. «Estamos atravesando un desierto, sobre todo a la hora de hacer buenas letras. No es fácil ser Joaquín Sabina, está claro que son rachas y épocas, pero no veo nada que me llame la atención. Menos mal que existe Quique González», se lamenta ante la falta de profundidad que tienen hoy la mayor parte de las canciones. «Ayer venía de viaje escuchando varias emisoras musicales y todo era simplón. Quizá suene a ‘abuelo cebolleta’ pero la música era mucho mejor antes. Parece que algunos no tengamos derecho ya a escuchar lo que nos gusta».

Volviendo al tema del nuevo disco, insiste en que «material tenemos, pero también lo teníamos el año pasado y al final nada». Lo que no puede negar es que junto a Sabina vive siempre grandes momentos y como tienen cuerda para rato, «amenazamos con volver». Mientras tanto, la capital se conforma con una doble cita para que princesas y caballeros sellen un pacto y hagan mucho mucho ruido. Que todas las lunas sean lunas de miel sí, pero las noches... Sabineras.