Diario de León

ENTREVISTA

Joel y Ethan Coen: "A Clooney se le da de maravilla hacer el idiota"

Los cineastas estrenan la comedia '¡Ave, César!' y reivindican su derecho a rehuir los temas de actualidad en sus películas

Ethan (izquierda) y Joel Coen, durante la presentación de '¡Ave, César!' en la Berlinale.

Ethan (izquierda) y Joel Coen, durante la presentación de '¡Ave, César!' en la Berlinale.

Publicado por
NANDO SALVÀ
León

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Los hermanos Joel y Ethan Coen son unos cineastas magníficos, pero como entrevistados dejan mucho que desear, sobre todo porque frente a la prensa se comportan como si o bien acabaran de levantarse o bien necesitaran urgentemente acostarse. Tras pasar por la Berlinale, estrenan en España la comedia '¡Ave, César!', su particular homenaje a la Edad de Oro de Hollywood.

Su película es una sátira, pero al mismo tiempo muestra un afecto genuino por el Hollywood de los años 50.

(Ethan Coen) Desde luego.

(Joel Coen) Nuestra primera toma de contacto con el cine tuvo lugar en los 50. Luego, en los 60, empezamos a recrear en el patio casero las películas que veíamos. Supongo que es por eso que, aunque los 60 son la década más decadente y poco inspirada de la historia de Hollywood, también son nuestra década favorita.

 

¿Creen que podrían haber hecho una película igual de afectuosa sobre el Hollywood actual?

(J.C.) Bueno, nosotros casi nunca hacemos películas ambientadas en el tiempo presente. Y el Hollywood actual es más o menos el sitio donde trabajamos a diario, así que es muy aburrido. En cambio, si miras hacia atrás puedes adoptar una mirada romántica. Es más divertido.

(E:C.) Ahora bien, Hollywood en realidad no ha cambiado tanto.

 

¿Y por qué casi nunca hacen películas ambientadas en el presente?

(J.C.) Con  el paso del tiempo, todas las películas se convierten en cine de época.

(E.C.) El presente es la vida real, y eso ya lo tenemos ahí afuera. ¿Para qué querríamos recrearlo? La vida real es muy aburrida.

 

¿Para meditar sobre el mundo?

(J.C.) Ahora resulta que ser directores significa que tenemos la obligación de hacer películas sobre el terrorismo, o sobre los refugiados, o sobre la crisis económica. Y que no hacerlas nos convierte en unos irresponsables. No lo creo así.

 

En '¡Ave, César!' recrean géneros como el musical, el wéstern y las epopeyas bíblicas. ¿Dirían que, en cierto sentido, tuvieron que hacer varias películas distintas a la vez?

(J.C.) Así es. Fue como rodar una película distinta cada semana. Hay ciertos vestidos, o ciertos decorados, que solo usamos durante dos minutos de película. Eso, según nuestros parámetros, es un derroche.

(E.C.) Fue un reto técnico. Los métodos y las tecnologías usados en los 50 se han perdido, de modo que recreamos la tecnología de entonces usando la tecnología de ahora. Es un poco confuso.

(J.C.) Casi todo lo que se ve en '¡Ave, César!' es real. Recurrimos a los ordenadores solo para solucionar problemas. Sobre todo en las escenas que recrean los musicales acuáticos de Esther Williams. Porque, actualmente, no hay nadadoras capaces de hacer todas esas piruetas.

 

¿Por qué decidieron retratar al protagonista de la película, el productor Eddie Mannix (Josh Brolin), como algo parecido a un Jesucristo?

(E.C.) Por nada. No pareció divertido.

(J.C.) Mannix es la única persona cuerda en un universo demente. Es una premisa prometedora, ¿no?

(E.C.) Él carga a sus espaldas con los pecados de los demás.

(J.C.) Está basado en una persona real, pero al parecer el Eddie Mannix verdadero era un hijo de perra.

 

¿Han experimentado ustedes alguna vez el tipo de presión que soporta Mannix?

(J.C.) No, siempre nos han dejado en paz a la hora de hacer las películas que queremos, y en todo caso intentamos no preocuparnos. ¿Qué sentido tendría?

 

Por cuarta vez en su carrera le han dado a George Clooney el papel de un idiota. ¿Por qué ese empeño?

(E.C.) Nos divierte. Como actor no tiene vanidad y sí un gran 'timing' cómico. Además, a George se le da de maravilla hacer el idiota, y lo disfruta de veras.

 

Hace unas semanas ustedes hicieron unas afirmaciones sobre los Oscar y la diversidad racial que al parecer no gustaron. ¿Cuál es su posición al respecto?

(E.C.) Dijimos que los Oscar no tienen importancia y la gente, en cambio, quiso entender que habíamos dicho que lo que no tiene importancia es la diversidad racial. La diversidad sí nos importa.

(J.C.) Ahora bien, es estúpido que a nosotros se nos cuestione porque en '¡Ave, César!' no hay personajes negros o asiáticos. Cuando uno decide hacer una película, no piensa: "Voy a contar una historia que incluya tres negros, un judío y un par de chinos".

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