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CULTURA

«León es una buena ciudad rock»

FERNANDO PARDO / MIEMBRO DE SEX MUSEUM

Fernando Pardo y su Sex Museum actúan hoy en León. RAQUEL P. VIECO

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pacho rodríguez | león

Sex Museum celebra 30 años con una gira que demuestra el gran estado de forma de los hermanos Pardo, Miguel y Fernando, y del resto de la banda. Y Fernando Pardo habla sobre una trayectoria que podría definirse como su gran vida de músico. Responde con bombas de racimo de ideas brillantes, titulares que llevarían a otras preguntas. O a un libro. Es también el cerebro de Los Coronas y de Corizonas. Es productor, agitador cultural, escritor, padre de familia. Hay otros Fernando Pardo pero están en este. Dice lo que piensa y se lleva bien hasta con los destinatarios de sus dardos...

Y recuerda que León siempre les ha recibido bien «desde el principio». Tira de memoria: «Ahí está Juancho. Estaban Las Besttias. Recuerdo a Oscuros... León es una buena ciudad rock», dice. Siempre hay que estar atento a Fernando Pardo. Con un ojo en la escena sobre su hermano Miguel, cantante de Sex Museum, y, por supuesto, en el resto de la banda. Están en forma.

—De tantas veces presentados, conviene renovarse. ¿Qué es ahora Sex Museum?

—Lo nuestro es como una celebración dionisiaca. Somos los últimos mediterráneos del rock. Forzamos más lo mediterráneo que lo anglosajón.

—¿Pero cuánto han cambiado en estos años?

—Con el tiempo cambias. Sobre todo en el por qué estás y en el por qué no. No estamos por los éxitos o los hitos. Y eso hace que dures más. Vitalmente, pienso que llevamos vida de prejubilados ricos: hacemos lo que queremos. Aunque la vida en el rock no sea fácil.

—Decía que la zona ‘indie’ se lo había montado mejor, y que los suyos, los del ‘rock sexy’, no tanto. ¿Lo sigue pensando?

—Sigue siendo así. Sólo tienes que mirar cómo han dejado fuera a rockeros de la década de los ochenta. Todo se ha orientado hacia el pop. El rock es la izquierda y el pop, la derecha, el indie que lo quiere todo, lo abarca y lo coge todo.

—Pero ustedes meten cabeza en festivales ‘indies’... Diga lo que diga, ¿cómo lo hace para caerles bien? ¿Y por qué no le escuchan?

—No lo sé. Por mucho que hables no te escuchan. Lo que digo tiene que decirlo alguien. Igual lo digo porque no tengo nada que perder. Y si nos abren puertas es porque llamamos a ellas. También es cierto que hemos estado a medio camino entre el pop de la Movida y el rock urbano. Y somos muy pesados. Les decimos: somos un poco como Motorhead o Los Sonics, pero tenemos cabida en vuestro festival.

—El mundo al revés es que el rock se tenga que reivindicar ante el pop, ¿no?

—Sí. En los setenta el rock era la contracultura. En los ochenta ya no mola. Hazte una pregunta: ¿Cuándo salió el último gran grupo inglés de rock? Si el rock era la música de la rebelión, la rebelión de ahora es el consumismo. Los jóvenes dan la espalda a lo anterior y sólo quieren consumismo. Tú no querías ser parte del sistema y ellos ahora tiran para atrás. Tú querías desconectarte. Ellos: enchúfame más al sistema.

—¿Cuándo salió el último gran grupo inglés de rock?

—¡Sí! Ese rock inglés que es como darle la vuelta al americano. Para mí son Los Clash. Los putos Clash.

—¿Sex Museum sería el último gran grupo español de rock?

—No tengo el suficiente talento como para llevar la bandera de ser el mejor. Sí para dar guerra. Lo de ser músico, para mí es un acto de egoísmo. Yo quería vivir esto, poder vivir una vida de rock.

—Y mantener sus principios...

—Claro. Porque lo que es rock, es como el licor que hace el paisano gallego en Galicia. Si le obligas a venderlo lo tiene que rebajar. Y si lo prueba dice: esto no es licor. O sea, esto no es rock.

—¿Loquillo sería uno de esos rockeros a los que la nueva escena da la espalda?

—Más bien, Jorge Ilegal o Johnny Cifuentes.

Lugar: Gran Café.

Hora: 22.00.

Entradas: 15 euros en taquilla.

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