Diario de León

IKER JIMÉNEZ EN LEÓN

El Palacín mete miedo

El Yeti está ‘emboscado’ tras la puerta del Palacín. El antiguo edificio de la Azucarera Santa Elvira da miedo, por mucho que a Iker Jiménez sólo le hagan temblar los informativos de televisión.

Carmen Porter, Iker Jiménez, Antonio Silván y Margarita Torres con uno de los personajes diabólicos que han encontrado ‘alojamiento’ en el Palacín hasta el día 27. RAMIRO

Carmen Porter, Iker Jiménez, Antonio Silván y Margarita Torres con uno de los personajes diabólicos que han encontrado ‘alojamiento’ en el Palacín hasta el día 27. RAMIRO

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

verónica viñas | león

Cuarto Milenio ha aterrizado con sus criaturas inquietantes en un espacio ‘fantasmagórico’, rehabilitado dentro del magno proyecto diseñado por Perrault y hasta la fecha sin utilidad conocida. Monstruos, extraterrestres y asesinos se alojarán aquí hasta el día 27.

Únicamente el misterio podía vincular temas tan dispares como el extraño fenómeno de las caras de Bélmez, maquetas del Titanic, los genios olvidados, los animales extintos y los que deparará la evolución, los personajes más terroríficos —de Nosferatu al Hombre Elefante—, momias, cráneos, dioses prehistóricos, chamanes, vampiros y muñecos malditos que ponen los pelos de punta. León es la sexta ciudad a la que viaja La Nave del Misterio, que aquí ha desembarcado con piezas nuevas, no exhibidas hasta la fecha, como los protagonistas de los cuentos mágicos. Historias que tienen un significado oculto y que, bajo la apariencia de cuentos infantiles, esconden símbolos, códigos y enseñanzas jamás reveladas, como explicó ayer Carmen Porter en la presentación de la muestra a los medios de comunicación, que contó con la presencia del alcalde, Antonio Silván, y la concejala de Cultura y colaboradora de Cuarto Milenio, Margarita Torres.

León acoge por primera vez las recreaciones que el artesano Juan Villa —autor de todas las piezas de la exposición, realizadas a escala— ha hecho del Principito de Saint-Exupéry, Peter Plan o El flautista de Hamelin, un personaje que, según relató Iker Jiménez, existió y en el siglo XII se llevó a todos los niños de la villa.

Desmontando el Grial

Prácticamente todas las piezas se pueden tocar y el público puede fotografiarse con ellas. La excepción es el Santo Grial. Una vitrina custodia la réplica exacta del Cáliz de Doña Urraca, pero desmontado en tres partes, de forma que se aprecia perfectamente el vaso de ónice que habría sido utilizado en la Última Cena, según las investigaciones llevadas a cabo por la historiadora Margarita Torres, publicadas en el libro Los reyes del Grial, donde concluye que la reliquia más buscada de la cristiandad lleva más de mil años en San Isidoro.

La exposición está articulada en diez áreas temáticas: Bélmez, Los visitantes (donde se explican aquellas investigaciones que más impactaron a Iker Jiménez en su infancia), Criptozona, Mundo insólito, Los clásicos, Área CSI, En busca de los dioses, Chamán, El enigma de las momias y La zona oscura.

Hay objetos asombrosos, como un garrote vil o una primitiva silla eléctrica, un león de las cavernas de dimensiones colosales o las momias más espectaculares, incluido el cuerpo embalsamado de Juan Prim. Entre las criaturas más espeluznantes dos sirenas. No son seres de leyenda, sino que hace siglos llegaron a comercializarse. Una está hecha con un esqueleto humano y otra con el de un simio, a los que se ‘cosieron’ sendas colas de pez.

La exposición, que ya ha sido vista por 72.000 personas, surgió en un viaje que los periodistas Iker Jiménez y Carmen Porter hicieron a Nueva York. «Nos dimos cuenta de que allí hacen una exposición casi con nada». En diez años de Cuarto Milenio los responsables de uno de los programas más longevos de la televisión han podido reunir 300 piezas, que ahora han traído a León. Jiménez insistió ayer en el valor del Patrimonio Inmaterial, que España nunca ha sabido vender. Fenómenos que, como el Grial, dijo, pueden atraer a la ciudad a cientos de visitantes. «Esta no es una exposición, es una vivencia», aseguró.

Una cocina infernal

Uno de los espacios más turbadores es la cocina de María Gómez Cámara, reproducida con las medidas exactas y hasta el último detalle. Bajo el suelo de la real se hallaron huesos humanos y dos esqueletos sin cabeza. Una estancia que guarda uno de los mayores enigmas de la historia de España: las caras de Bélmez. Jiménez y Porter conocieron a la dueña de la casa y estudiaron durante años, con la ayuda de destacados investigadores, uno de los fenómenos paranormales más extraños.

Mundo insólito, una de las diez áreas en que se divide la muestra, es un homenaje a la sección que conduce Porter cada domingo en Cuarto Milenio, un paseo por lo más estrambótico de los dos últimos siglos. Aquí tienen cabida el primer traje de astronauta y el atuendo del primer buzo. Inventos españoles de dos visionarios españoles. El ingeniero Emilio Herrera diseñó en 1935 un prototipo de traje espacial, que según Jiménez, luego «copió» la Nasa. En el siglo XVIII Jerónimo de Ayanz estrenó en el río Pisuerga el primer traje de buzo del mundo. Gracias a Christian Gálvez y su libro Matar a Leonardo da Vinci, la exposición aloja también algunos de los inventos del visionario florentino.

Poco o nada adorables son los muñecos terroríficos a los que los visitantes más suscetibles piden permiso por escrito para retratarse con ellos para no sufrir luego su ira.

Asesinos y audioguías

Aunque todos los objetos están identificados, el visitante puede hacer el recorrido por este túnel del misterio con las explicaciones del propio Iker Jiménez, mediante audioguías. La muestra concluye en una tienda donde hay desde camisetas de Cuarto Milenio al busto de Nosferatu, figuritas del demonio Pazuzu o la estremecedora muñeca Annabelle.

Unos metros antes está la inquietante Enriqueta Martí ataviada con una capa negra. Es la asesina en serie más mortífera de la historia de España. Nuestra versión femenina de Jack el Destripador. Sólo que la vampira del Raval no estrangulaba a prostitutas, sino que raptaba a niños y vendía su grasa. Nacida en 1868, así la describe el escritor Jordi Corominas: «Sirvienta, probable prostituta, curandera, proxeneta, secuestradora, mendiga, lavandera, modista, madre sin hijos, progenitora huérfana, amiga de los ricos, princesa de los pobres, vampira por mitología y asesina en serie por caprichos de la propaganda». La vampira de Barcelona, a la que se atribuye el asesinato de 32 menores, ocupa un lugar privilegiado en el apartado que Cuarto Milenio dedica a los grandes crímenes. Un espacio, como casi todos, que ha contado con el asesoramiento de expertos, en este caso, criminólogos, forenses, médicos y policías.

tracking