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EXPOSICIÓN

Una realidad paralela que viene de Lilliput

La leonesa Laura Salguero presenta en el CLA sus originales ‘Rara Avis’ «Empleo el arte como medio para entender el lado irracional del ser humano», dice.

Salguero emplea para sus creaciones desde el bronce a elementos orgánicos pasando por originales juegos de luces y sombras. CUEVAS

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León

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marcelino cuevas | león

En la exposición que la artista leonesa Laura Salguero presenta en el CLA podemos adentrarnos en un sugerente mundo liliputiense donde las ideas son grandes y los elementos, extraordinariamente pequeños. La naturaleza y los seres mágicos se unen en la obra de esta joven artista multidisciplinar para hacer partícipe al espectador de una propuesta fuera de cualquier norma, de unas obras que hay que mirar casi con lupa, pero que nos invitan a reflexionar sobre una realidad paralela que Laura Salguero invita a conocer.

Pedro Gallego es el comisario de una exposición que han titulado Rara Avis y él nos introduce en la figura y la obra de la joven artista. «Esta es su primera exposición en su ciudad natal tras haber expuesto individualmente en Valencia y Valladolid. Con esta muestra quiere reivindicar un reencantamiento del mundo, una vuelta a la irracionalidad y a la animalidad perdida en una sociedad determinada por la estricta lógica de la razón. De esta forma, y siguiendo la línea de sus anteriores trabajos, Salguero presenta territorios donde habita lo insólito o lo extraordinario como un paréntesis donde la magia, la maravilla y lo sagrado se convierten en protagonistas. Así, busca desentrañar el misterio del inconsciente humano, comunicando a través de sus piezas sensaciones, caricias, olores que de alguna forma se esconden en los intersicios de nuestro ser. Porque, como dijo el genetista y matemático J.B.S. Haldane, ‘El mundo no perecerá por falta de maravillas, sino por la incapacidad de maravillarse...’. Para Laura Salguero, según el término acuñado por Hakim Bey, esta exposición es una Zona Temporalmente Autónoma que desafía al mundo racional, una utopía real donde triunfa Dionisio».

Salguero realizó sus estudios de Bellas Artes en Cuenca y terminó haciendo un máster en Valencia, y desde allí nos trae su original universo. «Se podría decir —comenta— que me he inventado un mundo. Realmente parto de mis vivencias y las voy trasmutando, intentado comprender aquello que para mí es incomprensible. Utilizo el arte como medio para entender el lado irracional y subjetivo del ser humano. Vivimos en un mundo racional que se rige por la ciencia y me gustaría que el arte fuera el medio para poner de relieve ese otro lado que, a mi modo de ver, es el único territorio por conquistar».

La curiosidad como discurso

La artista emplea las técnicas más dispares a la hora de crear, desde el bronce a elementos orgánicos, desde la luz a las sombras, cualquier elemento le sirve para expresarse. «Creo que es el fruto de mi enorme curiosidad, soy una persona muy inquieta y tengo que tocarlo todo, entenderlo todo y manejarlo todo, por ello mi curiosidad es una parte del discurso de mi obra»

Para esta exposición, Salguero ha dividido su obra en cuatro capítulos que se desarrollan independientemente en las cuatro salas del CLA. Comenzamos su visita por la que ha dedicado a «buscar aquello desconocido que habita en lo exótico. Lo exótico sólo existe si tú vives fuera de ello. Para relatarlo incorporo un sillón, que pertenece a lo cotidiano desde el que poder observar lo exótico, lo diverso».

En la sala siguiente, como la anterior perteneciente al universo de la luz, tenemos un encuentro con la naturaleza. «Quiero emular un museo de Historia Natural clásico. En el formato de museo entremezclo animales reales con mis propias especies. Tenemos, por ejemplo, unas acuarelas que forman una especie de póster educativo. Luego podemos ver unas cianotipias en las que presento los seres de una nueva especie que trato de catalogar de alguna manera. Y, finalmente, los Chupópteros, mariposas con cuerpo de bronce y alas reales, también rigurosamente catalogadas».

Al otro lado del espacio expositivo las dos salas de oscuridad, en la primera de ellas pequeños monstruos surgidos de la imaginación de Salguero se proyectan sobre la pared como gigantescas y amenazadoras sombras.

«Son unas esculturas de resina y cráneo, una especie de híbrido. Están forradas de terciopelo que es un material muy agradable al tacto. Representa aquello que no entendemos… pero que está ahí». Y en la última sala ha planteado una gran escenografía. «En ella estudio el territorio del circo, de lo ambulante, lo que nos ha llamado la atención por no vivir como nosotros y que nos trae lo insólito desde lugares lejanos. Tenemos un carromato que contiene las teratodoncias, que son unas ortodoncias que, al contrario de las tradicionales que tratan de corregir y embellecer la dentadura, intentan sacar a relucir nuestra animalidad reprimida».

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