De la Costa Azul a las salas de León

p. rodríguez/ e. gancedo | león

La cultura no llegó a su casa, ya estaba. En ese hogar de Ponferrada, a Marian Matachana lo que su incipiente sentido común alcanzaba a captar consistía en lecturas, música clásica, cine, y, en contrapartida, cero de fútbol, por ejemplo. Desde el principio, ni la Champions de mañana. Y antes del cine, tiró por la Educación, aunque ahora es tal vez la productora más solvente de la provincia de León. Y su padre, Pedro Fernández Matachana, fallecido hace dos años, ilustre ponferradino, funcionario municipal y la voz más autorizada para hablar del turismo y atraerlo, siempre con un ojo puesto en la Virgen de la Encina. Y algo caerá desde su condición de hija y su faceta cinematográfica: «Un documental sobre Pedro Matachana y Ponferrada es mi tema pendiente». Eso sí, contaría para ello con la ayuda de su hijo Eduardo Moyano, que es director.

Pero la historia es universal, y ahora la hija de Pedro Matachana es la artífice de que su última producción, Sonata para violonchelo, dirigida por Anna M. Bofarull y que se ha exhibido durante el III Festival de Cine y Televisión Reino de León que finaliza hoy, se haya paseado por Cannes: «Hemos estado en el Cannes Market y cerramos varias ventas a nivel internacional. Es una película muy social con un tema que interesa. Por un lado, le damos visibilidad a la fibromialgia, una enfermedad que hasta hace muy poco no estaba ni reconocida por la OMS. Al margen de toda esa labor real, la película sirve para dulcificar la situación de la enfermedad, con una música fantástica», relata Matachana.

Junto a la presencia en Cannes, Sonata para violonchelo ha pasado por el Festival de Málaga, el de Gijón, la Seminci y otras importantes sedes españolas. A nivel internacional, por ejemplo, el estreno mundial se hizo en Manila. Y ha pasado por Londres, Montreal, Santo Domingo... Todo esto sirve como prueba de su carácter resolutivo en un mundo tan complicado como es el de la producción. Faceta a la que llegó después de su periplo por el, aún más difícil todavía, mundo de la representación de actores.

Como ponferradina, Marian Matachana, sin llegar a considerar cuentas pendientes, sí que tiene varias ideas que seguro llevará a cabo: «Me apetece mucho que la película se vea en Ponferrada y más en toda la provincia. Sobre todo porque el balance que obtenemos en cuanto a la respuesta del público es más que bueno. Salen conmovidos y preguntándose aún más cosas acerca de la enfermedad», asegura. Sonata para violonchelo, protagonizada por Montse Germán, se adentra así en una realidad desconocida, que interesa en cuanto es planteada, aunque, de momento, según confiesa Matachana, para la distribución en España sólo han contado con su propia labor y la de la directora.

Así, mientras el éxito del filme llega por fuera, los proyectos surgen por dentro. Su hijo, Eduardo Moyano, está triunfando con su corto Cretinos. Le ronda la cabeza ese documental sobre su padre. Y ultima contactos para una producción que abordará la semana que viene con italianos y norteamericanos dentro de dos jugosos contextos: la comedia y el vino. En definitiva, de lo global a lo local con la vista puesta en Ponferrada.