La muerte de Víctor Barrio causa dolor dentro y fuera de los ruedos
ROBERTO JIMÉNEZ | TERUEL
El diestro segoviano Víctor Barrio Hernanz cerró el sábado entre las astas de ‘Lorenzo’ el sueño que incubó de niño junto a su abuelo cuando contemplaba a su lado las retransmisiones televisivas, según explicó el propio matador en su cuenta de twitter el pasado 4 de junio. «Porque yo también fui niño y me aficioné a los toros junto a mi abuelo en RTVE», escribió entonces Barrio, sin antecedentes taurinos en su familia más que la afición de sus mayores que heredó y cultivó como matador de alternativa desde el 8 de abril de 2012, cuando José Pedro Prados «El Fundi» le doctoró en Madrid. Los últimos ‘tuit’ de la cuenta de Víctor Barrio reflejan la dureza y sinsabores de una profesión de extremado riesgo, incomprendida desde muchos sectores y no del todo respaldada por sus propios protagonistas, pese a lo cual delatan su vocación, ilusión y capacidad de superación en su quinta temporada como matador.
El toro le prendió el sábado por el muslo, le volteó y la posición del cuerpo tras la caída, tendido completamente en el suelo, facilitó la cornada mortal sin que el diestro tuviera opción a defenderse con algún tipo de movimiento que minimizara la penetración.
Su viuda escribía ayer en una red social «Injusta vida, la que se me ha ido contigo», al mismo tiempo que agradecía a la localidad segoviana de Sepúlveda, donde ambos residían, todo el dispositivo que están llevando a cabo para que paisanos, amigos y aficionados al mundo de los toros le den el último adiós a Víctor Barrio en la capilla ardiente. El funeral se celebrará hoy a las 11.00 en la iglesia de San Bartolomé, en Sepúlveda.