Diario de León

LA ENTREVISTA

«Sólo el 15-M puede devolver la memoria histórica a los maquis»

RAIMUNDO CASTRO / AUTOR DE ‘LOS IMPRESCINDIBLES’

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PABLO RIOJA | LEÓN

Extremeño con alma leonesa, el escritor y periodista Raimundo Castro rinde en Los Imprescindibles —su nueva novela— un sentido homenaje a sus particulares superhéroes, igual de memorables que los de los cómics pero de carne y hueso y siempre prestos a morir por sus ideas. «Yo de niño no admiraba a Batman o Superman sino a los guerrilleros antifranquistas», dice. Es así como a él le gusta llamar a los maquis. Hoy lo presenta en León —Sierra Pambley— acompañado por Pedro Trapiello y el historiador Secundino Serrano.

—Alguno de esos héroes que admira fueron grandes maquis leoneses...

—Marcelino Villa o Manuel Girón son dos ejemplos claros ejemplos. En León empezaron siendo huidos que se fueron al monte para que no les matasen los falangistas. De allí se marcharon al ejército popular en Asturias. Cuando cayó Asturias quisieron irse a Portugal pero no pudieron, así que acabaron en el Bierzo y La Cabrera. La novela abarca desde 1933 a 1955. Muchos de ellos fueron soldados, no bandoleros como Franco les llamaba para desprestigiarles. El hilo conductor del libro comienza cuando un viejo guerrillero le cuenta su historia a una joven que conoce en la Puerta del Sol durante el 15-M.

—¿Fue Girón el más legendario de la provincia?

—No sólo de León sino posiblemente de España. Estaba el Francés en Extremadura que también tuvo su peso, pero Girón fue un referente simbólico del país. Tiene su historia, porque la Guardia Civil le dio por muerto tres veces. Ramos fue el guerrillero urbano y Girón el guerrillero rural por excelencia.

—Uno de sus objetivos era contar la intrahistoria de esa España más desconocida y silenciada...

—Desde el principio. Por ejemplo describo cómo eran las cartillas de racionamiento de León, cómo las tenían, a quién se las daban, etc. A los contrarios al régimen se las denegaban. Cuento la vida de los rebeldes, de aquellos a los que Franco trataba de ocultar como fuera. Y no sólo hablo de guerrilleros, también de esa gente que minera y obrera que les apoyaba. También retrato la vida menos conocida del coronel Tagüeña o lo que fue el Cuerpo de Ejército Guerrillero y su evolución. De esos grupos luego salieron los boinas verdes y cantidad de comandos en la lucha contra Hitler. Los guerrilleros españoles contaron con mucho asesoramiento ruso.

—¿Es una novela de traiciones?

—Ese es el germen de la guerrilla, que se mantuvo viva esperando a que al término de la Segunda Guerra Mundial viniesen los aliados a devolver la democracia a España. Cosa que no ocurrió. Es un claro símbolo de cómo nuestro país al final fue traicionado por todos. Primero por Inglaterra, Francia y Estados Unidos, que no ayudaron nada y luego el propio Stalin que abandona el país porque ya no le interesaba.

—¿Quiénes serían los maquis hoy?

—Todos aquellos que tienen una herencia republicana. El 15-M es quien puede devolver el sentimiento de memoria histórica a estos hombres a los cuales nunca se les ha hecho justicia.

—¿Debe dejar la izquierda gobernar a Rajoy?

—No lo debe dejar gobernar, pero no puede evitarlo. Lo que no se puede es ir a unas terceras elecciones porque los que se desmovilizan son siempre los de la izquierda. Finalmente el PP gobernará, así que lo que tienen que hacer el resto es plantearle una oposición muy dura.

—Sin embargo todos le han dicho que no.

—Bueno, como digo yo en broma «no, no no, hasta que nos casemos». Es una posición negociadora y si tú quieres que se deroguen cosas como la reforma laboral, que haya una ley electoral más decente, regeneración de verdad o nada de corrupción se lo puedes exigir a Rajoy a cambio de que gobierne. Los más radicales como Podemos y los independentistas lógicamente prefieren ir a elecciones. Por mi experiencia en el Congreso, donde llevo desde el año 77, acabarán negociando.

—¿Es la histórica desunión de la izquierda española su principal talón de Aquiles?

—Una de las cosas que le digo a la gente aquí en Madrid es que mire la Puerta de Alcalá. La fachada está impoluta, pero la parte de atrás está llena de agujeros de bala enormes. Y no fueron las tropas de Franco, sino socialistas y anarquistas enfrentándose con los comunistas. Cuando la izquierda se une es invencible. La derecha sólo mira por tener los bolsillos llenos de cualquier manera. También alguno de izquierdas. Algo que los guerrilleros jamás habrían hecho.

—¿Cree que Podemos acabará dando el ‘sorpasso’ al PSOE tarde o temprano?

—Será un proceso de equilibrio. Los socialistas irán bajando poco a poco por razones generaciones ya que no se han modernizado y Podemos ha venido para quedarse y crecerá cuando abandone el infantilismo.

—¿Entonces considera que la formación de Pedro Sánchez está condenada a desaparecer?

—No. Pero yo estuve en el comité federal del pasado fin de semana y más de un miembro ilustre decía temeroso que corren el riesgo serio de acabar como el Partido Liberal Alemán, que siempre hacía de balanza entre los social demócratas y los demócrata cristianos. Si se dan cuenta de que hay que modernizarse entonces pasará como en Francia en los 80 y 90; habrá un partido comunista y otro socialista fuertes. Lo que es innegable es que España es de centro izquierda.

—¿Vivimos un clima de Guerra Civil?

—Eso es un invento de los que no quieren que se modernice nada. No hay guerralcivismo pero tampoco cultura democrática, estamos como en un limbo que hace que nuestro sistema sea inmaduro aún. La esperanza es que las nuevas generaciones desarrollen una democracia sembrada que da frutos.

—¿Y no cree que esa guerra se está librando en las redes sociales?

—A los que linchan a la gente no hay que juzgarlos como si fueran representantes de sectores sociales importantes. Es como decir que los catalanes son independentistas. No es cierto. Hay un 40% que lo son, pero el resto no. El problema radica en la dificultad de controlar Internet porque es como ponerle puertas al campo. Siempre sale alguno que no está bien de la cabeza, pero hay que aprender a despreciarlos. Otra cosa es que se debe reaccionar con dureza legal. La gente es muy frívola cuando escribe en la Red y el que insulta al torero fallecido o a otra persona está loco.

—¿Cómo va su particular lucha para que los maquis sean considerados como soldados republicanos y no como guerrilleros?

—Siempre ha ido mal. Además de ser guerrilleros de fusil ahora luchan para ser guerrilleros de la memoria. Llegué a conocer 25 o 30 guerrilleros vivos, pero ahora quedan pocos.

Lugar: Fundación Sierra Pambley.

Hora: 19.30.

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