Las tres vidas de Manolo Martínez

e. gancedo | león

«Ya tengo la criatura en los brazos, por fin se terminó el parto». De esta manera tan gráfica anunciaba Manuel Martínez el final de una prolongada gestación —aproximadamente de tres años— que acaba de culminar en la sala de montaje con la versión final de Tríptico, el ambicioso cortometraje que dirige, escribe, produce y protagoniza.

Una película repleta de acción, con escenas dignas de producción hollywoodiense, que en gran medida es seña de identidad de esta nueva incursión del polifacético atleta leonés en un quehacer artístico. Mundo en concreto que, en este caso, no le es en absoluto ajeno: el ex lanzador de peso ya participó como actor en las películas Estigmas y El capitán Trueno y el Santo Grial, además de en la serie de Telecinco La Fuga. También se ha revelado como autor de relatos, fotógrafo, pintor y hasta cantante de un grupo folk. Pero Tríptico supera todas esas aventuras merced a un guion «denso e intenso», a la participación de profesionales en cine de acción y al aporte de no pocos rostros conocidos de la cultura, el deporte y la televisión.

«Esto hay que volver a verlo». La expresión se ha repetido en las escogidas personas que han visto la película, y es algo que lleva a gala Man Martínez, sobrenombre empleado por el inquieto atleta y empresario para sus lides creativas. «Sí, el guion es denso, una buena taza de chocolate espeso, concentrado, nada light —confesaba al Diario—; quizá si hoy tuviera que escribirlo de nuevo lo haría más sencillo, pero en fin... contiene drama, suspense, acción, es una auténtica declaración de intenciones de lo que me gustaría hacer en el universo audiovisual». El resultado ha sobrepasado las expectativas de quien se llevara la medalla de oro en los Campeonatos del Mundo en Pista Cubiera de Birmingham en 2003, entre otros muchos galardones. «No me esperaba esta criatura ni de lejos», dice, y también le agrada sobremanera esa mezcla de sorpresa y fascinación percibida en los contados visionados hasta ahora llevados a cabo.

«Ha sido una odisea, un verdadero viaje iniciático, con muchos imprevistos y mucho aprendizaje», anotó, haciendo balance de los tres años de trabajos y gestiones que han sido necesarios antes de dar a luz este Trípico donde buena parte de la clave está en el título.

El protagonista, León, es un hombre normal... en proceso de convertirse en héroe de acción. Y la película, de 23 minutos de duración, lo muestra encarnado por tres rostros en otros tantos diferentes momentos vitales: los del niño Ismael Núñez, Man Martínez y el escritor y columnista de este periódico Pedro García Trapiello. La trama está lejos de ser lineal y al menos en dos momentos del filme el vuelco argumental es completo. «En tan poco tiempo, no paran de pasar cosas», dice, divertido, el ahora guionista y director.

Rodado en lugares de la capital como el Auditorio, la casa Botines, San Marcos o la delegación de la Junta, y en espacios naturales leoneses como Barrios de Luna, una pregunta central que se hacía Martínez en el momento de encarar el proyecto era: «¿Tan difícil será hacer cine de acción?». La respuesta la conoció tiempo después: «Sí, sí que lo es». «Aun así hemos logrado un nivel muy digno, con peleas creíbles gracias a la labor de especialistas como Carlos Robles», explicó. Experto que, por cierto, casi pierde un dedo en un delicado accidente de rodaje...

Ahora el reto se llama presentación y distribución. «Daremos a conocer Tríptico en una gala prevista para este otoño y luego lo moveremos por festivales, ferias y demás». La meta final, «que sirva de carta de presentación sobre lo que somos capaces de hacer, que pueda llegar a ser germen de un largo o de una serie», avanza Man Martínez.

Por ahora, el alma máter de Tríptico quiere dar las gracias a los casi cuarenta técnicos participantes y a los 18 actores (entre ellos Ramón Langa, María Lafuente, Beatriz Jarrín, Marcelo Amorim, Javier Bermejo, Javier Arias, la cantante Buika o los televisivos Natalia Rodríguez y Adrián Lamana), así como a los crowdfunders que sostuvieron la fase inicial del proyecto con sus cerca de 3.000 euros.

Que se vea, que asombre, que demuestre, «y que no se quede en un cajón», es lo que le pide Man a Tríptico. «Y que nos sirva para hacer muchas más cosas».