Diario de León
Publicado por
RAFAEL SARAVIA
León

Creado:

Actualizado:

Estando a un tris de las terceras elecciones en nuestro país y viendo que gobiernos europeos, nacionales, autonómicos e incluso nuestros gobiernos locales dan la espalda a la problemática real que supone asumir unas normas de compra-venta (hablo sin duda de la gran estafa social que se está gestando con el nombre de TTIP y que apenas está generando indignación social por desconocimiento de lo atroz que supondrá aceptar ese acuerdo entre EE UU y Europa) de productos que bajarán las condiciones de salubridad unas veces, otras las condiciones sociales y laborales y casi siempre la calidad y dignidad de las condiciones humanas y éticas que Europa ha querido forjar —aunque cada vez lo consigue menos—; decía que con estas premisas sobre la mesa, sin duda podría escribir varias páginas de reflexión y perturbación en torno a estas diatribas que nos brinda la situación actual.

Pero ando rodeado de olivos, oliendo el mar y escuchando el bajo continuo de las chicharras y me atengo a mi promesa de que al menos en agosto no será centro de esta columna nuestra angustia por mejorar el panorama socio-económico de nuestra sociedad.

Por eso, desde el agotamiento que puede generar el calor, su espesor, su carga de luz para una vida menos activa y más noctívaga, me centro en el placer y su halo de esperanza que siempre estas fechas preñan con más ganas. Y no resulta difícil seguir construyendo alegrías en esta tierra nuestra aunque yo ahora esté lejos. Porque veo cómo crece el buen hacer en nuestra provincia. Veo esos brotes que siguen dando un fruto apetente. Veo lugares y acciones que sientan respiraderos ante ciertos abismos, como centros de atención espiritual en los recodos del cansancio social.

Por eso, cuando leo sobre esos dos festivales de verano de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, el Art Títere y el Jazz Festival, que nos invitan cada fin de semana a compartir naturaleza y frescor en Cerezales del Condado (veo el programa de Jazz, con The Alley Stompers este fin de semana y recuerdo el magnífico verano entre notas sincopadas de jazz que pasé el año pasado) siento no envidia (acá, en mi tierra natal, la luz, el calor y su mediterráneo, incluso el terral, tienen su atractivo por novedad en mi día a día) sino nostalgia de esas delicias en mitad de la naturaleza con acordes brillantes que rememoran los vientos de Chet Baker en mitad de nuestra provincia.

También me alegra el ánimo saber que la dignidad y buen hacer de ciertas letras se dignifican y premian estos días. Es el caso de Luis Miguel Rabanal, que acaba de ser condecorado por el Instituto de Estudios Omañeses por su aportación literaria vinculada a una comarca que ha hecho volar por sus poemas y expandido a nivel nacional e internacional.

Este agosto será celebración literaria en Riello y todos podremos disfrutarlo en esa comarca que despliega destreza y emoción. El día 19, desde Antonio Gamoneda hasta un servidor pasando por una buena ristra de escritores, agostearemos en Riello celebrando lo mejor de los poemas de Luismi.

Porque en León agosto sabe siempre a oportunidad apetecible.

tracking