Castillo medieval se vende a buen precio
En Quintana del Marco. venden su construcción más icónica: la torre del homenaje de lo que fue una gran fortaleza erigida en su día por los condes de Luna. Los propietarios actuales han bajado el precio hasta los 200.000 euros y avisan de que es idónea para usos turísticos. .
e. gancedo | león
La torre emerge entre los tejados y tapias de Quintana del Marco y le da la esta villa riberana un aire feudal y solariego. El edificio no se parece a esos castillos semiderruidos de otras poblaciones leonesas: es de poderosa factura y mantiene en buen estado mampostería, almenas, vanos y saeteras. Y como destaca la web donde se anuncia el hecho de que ha sido puesto a la venta, «sus muros tienen una anchura de dos metros».
Lançois Doval, la empresa de gestión inmobiliaria encargada de conseguir propietario para esta torre del siglo XV, está especializada en turismo residencial y edificios singulares: palacios y cortijos andaluces, masías catalanas, villas levantinas, pazos gallegos, casas de indianos en Asturias... En su web, y junto a otras propiedades leonesas como molinos, harineras, hoteles y spas, dedica especial atención al castillo de Quintana del Marco, en realidad una torre del homenaje con vivienda adosada que abarca en total 900 metros cuadrados de superficie. «El torreón es de planta cuadrada y de doce metros, y aparte de la vivienda cuenta con una finca rodeada por los restos de la antigua muralla del castillo», indica la inmobiliaria, ofreciendo además pinceladas históricas como que fue mandado construir por Diego Fernández de Quiñones, conde de Luna, aquella familia que dominó media provincia durante siglos. A doce kilómetros de La Bañeza y 60 de León, la villa casi divisa la confluencia entre los ríos Órbigo y Jamuz y está plenamente dedicada a la agricultura de regadío. Las huellas históricas, incluso las aún más lejanas, no le son ajenas: en lo alto de su iglesia se alzó durante mucho tiempo un busto tenido por imagen de Marco Aurelio que fue robado en 2013 y posteriormente recuperado, y en sus cercanías reposa bajo los sembrados una de las villas romanas más destacadas de todo el Noroeste aunque, por desgracia, hoy yace olvidada.
Una de las propietarias, Gemma Alija, precisaba al Diario que la casa aneja necesita una «rehabilitación completa» y que el torreón carece de tejado. El complejo había sido adquirido por su bisabuela y la última función de la torre fue «servir como leñera». Hace más de siete años las dos familias propietarias llegaron a ofrecerlo a la Junta, sin éxito, y ya entonces pensaban venderlo por un precio que ahora ha descendido hasta los 200.000 euros. «Estamos ante una propiedad idónea para los enamorados de las torres y de las fortalezas antiguas», animan desde Lançois Doval.