Porque la literatura es, ante todo, una fiesta
León celebró el Día del Watusi con música, juegos y buen ambiente . Nacido como tributo a Casavella, acentuó el lado más festivo de la lectura.
e. g. | león
Si algo demostró ayer este segundo Día del Watusi público y abierto es que puede ser germen de muchas cosas. Todo tiene su comienzo y hasta el propio y celebérrimo Bloomsday irlandés lo iniciaron en 1954 seis solitarias personas, alguna de las cuales ni siquiera había leído el ciclópeo Ulises de Joyce.
El mirador número 8 del paseo de la Condesa de Sagasta se convirtió en sede de una especie de festival veraniego a escala con grandes dosis de música independiente, lecturas guiadas, sorteo de libros, actividades infantiles, piñata, conga y un extraordinario ambiente que a muchos les hizo preguntarse por lo tremendamente desaprovechado de esa extensa y arbolada fachada fluvial de la ciudad. Con las altas temperaturas atemperadas por las sombras y la barra, se sucedieron los conciertos de Hardcute Ukelele (Sevilla), Papaya (Canarias-Chile), Segunda Persona (Valencia), Flamaradas (Barcelona) y los leoneses Blue Lines y Pure, así como la magna presentación oficial de Bluiscerales, el nuevo grupo de los guitarristas Gonzalo Ordás Tascón y Marcos Cachaldora (Delta Galgos, entre otros) y de Felipe Zapico (Deicidas) a la voz y la composición de los temas. También se exhibió al aire libre Antártida , la película de Manuel Huerga cuyo guion escribió Francisco Casavella y, por cortesía de la editorial Anagrama, se sortearon diez ejemplares de El día del Watusi , la novela cumbre del barcelonés Francisco Casavella (1963-2008), larga narración de mil páginas que, como sucede en el Ulises , transcurre durante una única jornada.
La devoción que un grupo de leoneses comandados por Yago ‘Belmondo’ profesaban a este autor libérrimo, apasionado, juerguista y mitómano está detrás de un evento que quiere, ante todo, demostrar que la literatura es una fiesta —individual pero también colectiva—, explorando, en buena medida, formas más optimistas, participativas y espontáneas de acercarse a la literatura que la mayoría de actos organizados en León durante la mayor parte del año.
Eso sí, muchos de los asistentes a los actos de ayer no había leído El día del Watusi o no sabían que existía. Y ni falta que les hizo para pasar un buen rato.