«Creo en lo que canto»

Lugar: Auditorio Ciudad de León.

Hora: 20.00.

Entradas: 10 y 12 euros.

verónica viñas | león

Sensible, culto, exquisito. En un recital de Amancio Prada se aprende más poesía que en todo el Bachillerato. Esta noche, acompañado por la violonchelista Amarilis Dueñas, recala en el Auditorio con ‘La voz de los poetas’, un recorrido por la mejor lírica, desde los primeros trovadores a los leoneses Pereira, Gamoneda, Colinas, Mestre y Llamazares.

—¿Cómo fichó a Amarilis Dueñas?

—Es jovencísima y tiene un nivel espectacular. Hace un año la conocí en un concierto que di. Nuestro primer recital juntos fue el 20 de noviembre del año pasado en el Museo del Prado estrenando, precisamente, ‘La voz de los poetas’.

—Se aprende más poesía en un concierto suyo que en todo el Bachillerato?

—No creo, pero quizá se sienta más intensamente.

—Canta a muchos poetas, pero si tuviera que quedarse con uno, ¿cuál elegiría?

—No podría elegir. Cada poeta es un afluente de un mismo caudal, que va creciendo y nos alimenta y nos hace vivir y soñar mejor. No puedo escoger entre San Juan de la Cruz, Rosalía o Lorca. Doy más importancia al poema que al autor. En ese sentido me da igual una cantiga que una columna de Manuel Vicent. El arte, cuando lo es, se instala en un perenne presente.

—¿En su mesilla de noche sólo hay libros de poesía?

—También ensayos. Me encantan los poetas que, como Lorca, también tienen obras de teatro, o su conferencia ‘Teoría y juego del duende’, y me gusta mucho Cunqueiro... Pero creo que la poesía es el germen de todas las cosas.

—¿Si le gusta tanto la poesía por qué no escribe poesía?

—He escrito algunas canciones. Todo el texto del disco ‘Emboscados’ es mío. Canto con la misma vehemencia y la misma convicción —porque creo en lo que canto—, textos propios que ajenos.

—¿La poesía que canta es la más musical o la que más le gusta?

—Canto lo que me encanta. Hay poesía más difícil de abordar, pero yo prefiero la que casi canta ella.

—Ha actuado en lugares como Oregón, Londres, Suiza o Rumanía, pero ¿tocar en León es más difícil?

—No. Siempre me he sentido muy querido en León. Cada escenario es tu casa. No voy a negar que tiene una emoción especial volver a León con un programa distinto al del año pasado, que fue ‘La voz descalza’.

—Si la poesía tiene su propia música, ¿por qué ponerle otra?

—Tiene su música pero hay que hacerla sonar. No se trata de añadir música al poema, sino de extraer la música del poema.

—Ha actuado con cantautores como Luis Pastor, Paco Ibáñez o María del Mar Bonet... ¿mejor solo o acompañado?

—Mejor siempre acompañado. Pero la mejor compañía es la del público. Y lo importante es que haya complicidad emocional y artística entre los que estamos en el escenario; eso el público lo nota. Porque cada actuación es única e irrepetible.

—¿El juglar sigue siendo necesario en estos tiempos?

—No sé si somos necesarios. Creo en lo que canto. Creo en el que piensa y dice su verdad y escucha la del otro y creo en la música como una oración del alma del mundo. Celebro y agradezco la hospitalidad del Auditorio y de Eutherpe, y de Margarita Morais, que hace una labor muy loable ayudando a los jóvenes intérpretes. Para mí es un honor ser un invitado suyo. Espero poder corresponder hoy con un buen concierto.

—¿Cómo es cantar a los poetas leoneses?

—Tengo pendiente ese disco de poetas de León. Me encanta ‘La lentitud’, de Julio Llamazares, que es un homenaje a nuestros antepasados recientes; me encanta ‘A ti muchacha’, de Gamoneda; me gusta Mestre, la luz de Colinas en ‘Sepulcro en Tarquinia’; y la sencillez de Pereira.

—¿Cuánto ha cambiado la música desde que empezó?

—Mi empeño es hacer lo que hago cada día mejor, por eso estudio y me ejercito. Sigo teniendo la misma afición que cuando grabé mi primer disco en 1974, ‘Vida e morte’, en el que está el germen de todo lo que vino después.

—¿Mientras vaya público a sus recitales, seguirá cantando?

—Pienso seguir hasta que dios me conserve la voz.

—¿Qué música escucha en el coche?

—Clásica. Radio 2 y Radio 1. Me dejo llevar.

—¿Cuándo fue la última vez que estuvo en un concierto como espectador?

—Creo que fue el de la Orquesta de Radio Televisión Española.

—Le puso música al documental de Basilio Martín Patino sobre el 15-M. ¿Se identifica con Podemos?

—Patino usó el tema ‘Libre te quiero’ y para mí fue una alegría. El 15-M es más amplio y va más allá de Podemos. Es un aliento de libertad, para que cambien las cosas. Sí me identifico con ese aliento, que era un poco como el mayo del 68.