Diario de León

Libros de reyes y sus ‘clones’

El editor Moleiro reúne sus joyas facsímiles en una exposición en Madrid.

Edición facsímil del Libro de horas de Enrique IV de Francia, que forma parte de la exposición. EFE

Edición facsímil del Libro de horas de Enrique IV de Francia, que forma parte de la exposición. EFE

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

evaristo amado | madrid

Solo los más poderosos tenían acceso a los principales códices ilustrados medievales, signos de ostentación que ahora se abren al gran público a través de ediciones ‘clonadas’ con el color, tacto y olor original.

La exposición Tesoros bibliográficos. El arte y el genio al servicio del poder permitirá ahora hojear esas réplicas maestras en la Casa de Galicia de Madrid hasta el 28 de este mes de la mano de los trabajos del editor Manuel Moleiro, autor de las copias de estos tesoros bibliográficos inaccesibles en su mayoría y diseminados por museos y bibliotecas de Nueva York, San Petersburgo o París. Los códices eran una auténtica «demostración de fuerza», relata Moleiro en una entrevista con Efe, un «signo de poder» del que echaron mano «Isabel en España, Maximiliano en Austria, Luis XII en Francia, o Ana de Bretaña», entre otros.

Rivalizaban entre ellos e invertían enormes fortunas para integrar en los equipos que producían los manuscritos a los mejores pintores de la época. Por ejemplo, cuenta Moleiro, el Libro de horas de Ana de Bretaña costó 3.000 libras de la época (1505-1508).

El valor de los ‘clones’ de las obras que se verán en Madrid -como la Biblia de San Luis, el Breviario de Isabel La Católica, el Libro de horas de Enrique IV de Francia, el Libro de la Caza o el Atlas Vallard- fue el causante de que las piezas originales, hoy en las principales bibliotecas nacionales, hayan ‘sobrevivido’ a incendios, guerras y catástrofes.

No a la rapiña de Napoleón, recalca el editor, que explica que a medida que Bonaparte invadía Europa se llevaba piezas únicas a la Biblioteca Imperial, lo que también hicieron ingleses y, ya a través de compras en momentos de dificultad, los norteamericanos. Comprar fue una vía que empleó, por ejemplo, la poderosa zarina Catalina la Grande, que durante la revolución francesa tenía en la embajada de Rusia en París a personajes dedicados exclusivamente a comprar estos grandes tesoros europeos.

Los ‘clones’ de Moleiro exigen habitualmente dos años de trabajo en bibliotecas como la British, la Nacional de Francia, Italia o Rusia, y centros como la Morgan y la Hungtinton, en Estados Unidos. La selección se centra en trabajo ‘iluminados’ (ilustrados) relacionados con la cultura europea.

tracking