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«Mientras haya enterrados en las cunetas no habrá acabado la guerra»

Jordi Sierra i Fabra publica ‘El beso azul’, ambientada en la Transición.

El escritor Jordi Sierra i Fabra. ANDREU DALMAU

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León

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irene dalmases |barcelona

El escritor Jordi Sierra i Fabra no para. Recién llegado de México, presenta su nueva novela El beso azul , una obra coral que ambienta en la Transición española, un período que reivindica, aunque considera que «mientras haya cuerpos enterrados en las cunetas no se habrá acabado la Guerra Civil».

El autor barcelonés recuerda que el próximo mes de junio se cumplirán cuarenta años de las primeras elecciones democráticas y piensa que lo que ahora cuentan con veinte años si le leen sabrán «de dónde venimos y dónde estamos», mientras que si lo hacen personas mayores revivirán aquel momento.

Publicada por Harper Collins, en El beso azul , un título que toma de un poema de Federico García Lorca, un hombre llamado Rogelio, que en apariencia fue fusilado en 1936, regresa al pueblo donde nació acompañado por su esposa colombiana y una hija, reencontrándose con su pasado y con las personas que posiblemente le delataron.

Todos piensan que llega con ganas de venganza, pero «es un hombre que no odia, lo ha pasado muy mal, pero está felizmente casado y lo que quiere es poder mejorar el pueblo donde creció, puesto que, a la vez, es un hombre rico».

Sierra i Fabra defiende que se trata de una historia de reconciliación en la que describe un momento «muy diferente» al actual, en el que «ha vuelto la visceralidad y el odio».

A su juicio, deberían igualmente enfrentarse a sus páginas algunos políticos de hoy «y recordar lo que se consiguió hace cuatro décadas, con Adolfo Suárez al frente del gobierno, legalizando un partido como el PCE y que la gente en unas elecciones lo pudiera votar».

Entiende el novelista que en este momento, «no se dialoga, se insulta, hay una gran crispación social». «Encima de que tenemos una importante crisis económica, los políticos crispan más en vez de atemperar. Han pasado cuarenta años desde la muerte del dictador y en algunos aspectos estamos peor», destaca. A la vez, no deja pasar que es de los que opina que «ante todo lo que está sucediendo sería necesaria más política y menos justicia impuesta por un tribunal». A pesar de estas apreciaciones, Jordi Sierra i Fabra mantiene, asimismo, que no todo quedó cerrado y se muestra favorable a que la llamada memoria histórica sea «una realidad tangible».

En este punto, afirma, contundente, que mientras en España «no se desentierren de las cunetas, de las montañas o de las tapias de los cementerios los cuerpos de aquellos que fueron asesinados entre 1936 y 1939 no se habrá acabado la Guerra Civil». En su opinión, «es una vergüenza que ningún gobierno haya trabajado seriamente en solucionar este problema».

Por otra parte, no obvia que en los años de la Transición hubo periodos de mucha violencia, «años brutales», y con «mucho miedo», un sentimiento que perduró «durante años».

Jordi Sierra i Fabra nunca olvidará el que tenía su padre, un perdedor de la guerra, alguien que «cuando era joven me decía que no destacara, que no alzara la voz, y añadía que yo era pobre y tartamudo».

Prolífico como nadie en España, con cerca de 500 novelas publicadas, el escritor avanza que próximamente llegará a las librerías otro título suyo sobre Bob Dylan, 99 razones para amar o no a Dylan , y que en marzo de 2017 estará en los anaqueles el octavo volumen de la serie protagonizada por el inspector Miquel Mascarell, con el título Ocho días de marzo .