Un Pokémon perdido en los felices años 20
El pintor murciano Marcos Amorós presenta en la galería de arte Alemi su exposición titulada ‘Tiempos modernos’.
marcelino cuevas | león
El pintor murciano Marcos Amorós ha viajado a León para conocer de primera mano las antiguas calles de la judería medieval. Ha venido a conocer la ciudad y su historia. Amorós es un artista viajero, así en sus últimas exposiciones pueden encontrarse referencias a Extremo Oriente o al continente africano, lugares por los que ha realizado fructíferos periplos.
«Han sido dos momentos muy diferentes y muy interesantes dentro de mi producción artística. En Asia –explica- me encontré con un universo pletórico de colores y de grandes corrientes humanas y religiosas. Yo admiro profundamente el budismo y otras filosofías orientales. En África ha sido distinto. Los lugares que visité están invadidos por la arena y el barro y esos fueron los colores que llegaron a mis lienzos».
Su exposición en León, que ha titulado Tiempos modernos, recordando la película de Chaplin, es también la consecuencia de un viaje, pero en este caso al interior y al pasado. La escenografía de los cuadros que pueden verse en la galería de arte Alemi, se corresponde con los felices años veinte del pasado siglo. También sus personajes, en la mayoría de los casos niños, parecen rescatados desde una máquina del tiempo.
Deliciosos colores pastel y mucho contenido tras cada una de las telas. «He querido expresar en ellas que el hombre es igual hoy que hace cien años y que hace mil años, lo único que ha cambiado es su circunstancia. Hoy estamos rodeados de tecnología y de una vorágine que nos absorbe. Hace cien años los niños jugaban en las calles, la gente paseaba tranquila por silenciosos bulevares. Pero Las dudas metafísicas de los hombres han sido siempre las mismas», asegura.
Aunque estén ambientadas en otros tiempos, en las obras de Marcos Amorós hay muchas referencias a los tiempos actuales. Por ejemplo, en uno de ellos, un grupo de mozalbetes, posiblemente limpiabotas, juegan, sentados sobre unos enormes libros, alrededor de un simpático Pokemon.
«Así quiero simbolizar que aquellos muchachos, sentados sobre la ciencia y la historia, si hubieran tenido la posibilidad de hacerlo, también hubieran jugado a cazar Pokemon».
Marcos Amorós es un pintor de notable técnica que quiere dotar de trascendencia a sus obras. Para ello emplea elementos que insinúan historias y que proponen al espectador un interesante ejercicio de reflexión.