Historia de la calle que dejó de ser estrecha
El próximo martes, Juan Carlos Ponga presentará su libro ‘La calle Ancha... desde que era estrecha’, una exhaustiva radiografía del vial más popular de León desde los costosos inicios de su ‘alineación’ hasta nuestros días. La obra, que se hará acompañar de una exposición de dibujos en el Palacio de Gaviria, abunda en anécdotas, nombres propios y comercios emblemáticos. .
e. gancedo | león
He aquí un libro para leer arriba y abajo... y vuelta a empezar. Un libro que narra la historia de la calle más transitada de León, la que más paseos, saludos, tratos, transacciones, ajetreos, amores, desamores y hasta traiciones ha contenido entre sus viejas esquinas; el serpenteo más entrañable de la ciudad, el que va de la plaza de Santo Domingo al súbito asombro de la Catedral. Su propio nombre es ya singular y mueve a la curiosidad o a la sonrisa: calle Ancha.
Arriba, dibujo de Ponga sobre la calle en 1960. Debajo, dos vistas de esta popular vía. J.C. PONGA / ARCHIVO / FOTOTECA MUNICIPAL
El experto en urbanismo Juan Carlos Ponga presentará dentro de una semana, el martes 20 a las 20.00 horas en el Palacio de Gaviria, una obra que le ha mantenido ocupado durante los últimos años husmeando todo tipo de documentos municipales y actas notariales relacionadas con una vía que era antaño tan estrecha y sinuosa como las demás de su entorno y que fue «la primera que se ensanchó», como recuerda este veterano investigador de las cosas leonesas. Publicado por el sello Cultural Norte, el libro incluye imágenes, ilustraciones, anécdotas y muchos nombres propios —de personas y de comercios— soldados a fuego en la memoria de la ciudad. «Es curioso comprobar cómo los establecimientos se van sucediendo unos a otros, donde antes había un zapatería se abre otra, y donde antes trabajaba un sastre se instala otro, por aquello de seguir con la costumbre», declara Ponga, quien también se deleitó rastreando las largas y perezosas labores de alineación de la calle —sucesivas expropiaciones, derribos, construcciones—, iniciadas en 1862 y concluidas en los años cincuenta del siglo XX. Compraventas de las que brotan, una y otra vez, los apellidos de quienes regentaron por décadas la trastienda de la ciudad (los Roldán, Valbuena, Merino, etcétera) y desventuras diversas como el pavoroso incendio que en 1906 destruyó el Hotel París.
«El único comercio que se ha mantenido durante todo este tiempo, aun con remodelaciones y cambios de propietario, es el Café Victoria, que toma su nombre no de la victoria franquista en la guerra civil como algunos piensan sino de la cercana capilla del Cristo de la Victoria, por cierto antaño más grande, hubo mucha polémica con el actual diseño de Demetrio de los Ríos», explica Ponga, siempre a desbordar de datos y referencias. Y de ilustraciones, pues suyos son también los dibujos que en el Palacio Gaviria compondrán una sugerente muestra con la que invita a los leoneses a descubrir diferencias, sutiles o no tanto, entre la calle de antaño y su aspecto actual.
El libro aborda también sus antiguas denominaciones. Y así, de Cervantes arriba era calle Catedral o Herrería de la Cruz (también en leonés, Ferrería), y de Cervantes abajo, San Marcelo o Cristo de la Victoria, los primeros, como se ve, más oficiosos y los segundos, populares. Después, entre 1911 y 1939 se llamó Fernando Merino y hasta 1998, Generalísimo Franco. Pero no dejó, nunca, de ser calle Ancha.