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Un universo de melancólicas sonrisas

El pintor López Herrera expone sus obras en la galería de arte Bernesga.

Una de las obras de López Herrera. CUEVAS

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León

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marcelino cuevas | león

No pueden dejar de verlo y admirarlo. Hablamos de un grandioso lienzo, grandioso por su tamaño y por la calidad de la obra, que presenta en la galería de arte Bernesga el pintor López Herrera. Ya el pasado verano mostró este singular artista un cuadro de similares características: un homenaje a los perros de compañía. Pero un homenaje lleno de vida, de belleza. Hay que amar muy intensamente a los animales para inventarse esa fastuosa familia de grandes orejas y mínimo tamaño, para crear un cálido escenario en el que los canes son los únicos protagonistas con poses que hablan directamente de una foto de familia, de una familia imposible pero tan entrañable que hace que quienes la miran queden enamorados de ella.

Las pinturas de López Herrera tienen todos los ingredientes de los grandes virtuosos de la pintura hiperrealista, pero en vez de mostrar la realidad como algo inerte e impersonal, Herrera cuenta vibrantes historias a través de sus pinceles, relata en sus cuadros, con singular gracia y donaire, la realidad de los juegos infantiles, la vida mágica de las amazonas o la pequeña historia de un payaso. Cualquier tema le sirve para inventarse una viñeta llena de sugerencias y de ironía, en la que cita sin rubor a los grandes de la pintura como Velázquez, Miró, Picasso o Kandinsky. Su pintura, de prodigiosa técnica, es capaz de convertir los sueños del artista, el mítico espacio en el que su imaginación vive, en algo que se nos antoja cotidiano, porque como él todos tenemos sueños. Lo singular de López Herrera es que en su particular universo no existen las pesadillas. Hay momentos de humor, de ironía, de melancolía… pero en ningún caso existen las situaciones tormentosas, sus pinceles invitan siempre a la contemplación gratificante, son un espléndido pasaporte plástico para la felicidad.

El artista recrea meninas y giocondas, payasos melancólicos y frutas ingrávidas, animales de mirada inteligente y paisajes que importa directamente de los cuentos. Cuenta en cada uno de sus lienzos una historia, narraciones plásticas repletas de fantasía que parecen querer escapar de la superficie plana.

Las pinturas de Herrera son preciosistas escenografías en las que habitan unos personajes imposibles que, gracias al arte del pintor, pasan de lo imposible a la realidad, que cruzan silenciosamente la tenue línea que delimita los espacios de lo cotidiano y lo fantástico y hacen que a los labios del espectador asome una sonrisa complaciente.