Sueños pictóricos para la Catedral de la Luz
Palat del Rey abre la exposición de las obras donadas por el pintor leonés Nadir.
marcelino cuevas | león
Más allá del frío protocolo ayer, en Palat del Rey, tuvo lugar un acto fuera de los cánones a los que el arte nos tiene acostumbrados. Nadir, un joven artista leonés, entregaba en un acto de enorme generosidad una interminable colección de sueños, pesadillas y emociones, a la Iglesia, concretamente al Cabildo Catedral, al museo desde que el primer templo leonés abre una gran puerta al arte actual.
La pintura de este joven maestro asombra a aquellos que la contemplan por lo riguroso de su dibujo, por lo ajustado de sus colores y, sobre todo, por el derroche de imaginación que trasciende de cada uno de sus lienzos. La Diputación, el Ayuntamiento, el Obispado… todas los representantes de los distintos estamentos que asistieron a la presentación de la muestra, coincidieron en resaltar la generosidad de artista que, sin mecenas que le apoye, es capaz de producir tan enorme caudal de belleza y que es capaz, también, de entregarlo de una forma altruista a la Iglesia, porque Nadir sabe que la Iglesia ha sido durante dos milenios el mejor4 guardián del arte.
Asegura el artista: «Con plena convicción he optado por elegir a esta institución milenaria como destinataria de los 135 cuadros que abarcan lo fundamental de todos los periodos de mi trayectoria como pintor, desde los primeros momentos, hasta nuestros días. Nadie mejor que la Iglesia ha velado, de modo responsable, continuado y eficaz, por la conservación y difusión del patrimonio artístico de la humanidad a lo largo del tiempo. Además –dijo- quiero actuar en coherencia con mis sentimientos religiosos afines a la fe cristiana, donde únicamente he podido vislumbrar atisbos de esperanza a la hora de enfrentarme a un horizonte que los valores humanos no aciertan a esclarecerme».
Máximo Gómez Rascón, director del Museo Catedralicio, afirma que «la singularidad de su pintura no solo es fruto de una técnica depurada, exquisita, podríamos decir. Nadir es uno de los grandes pintores que durante las últimas décadas han fecundado estas tierras, y que ya figura con personalidad propia más allá de las mismas. No obstante, pocos como él han acertado a refrescar el arte de nuestros días con un lirismo tan esencial, tan cautivador. Cada cuadro suyo es un poema donde lo espectacular, lo panorámico, subyace sometido al don de la pincelada precisa, cromáticamente nítida».
Los fondos del Museo de la Catedral se han llenado de historias mágicas que se equilibran en el espacio a través de un complicado entramado de hilos. De seres que han sido rescatados por el pintor de sus elucubraciones oníricas, De hojas perdidas que planean ingrávidas sobre ciudades inventadas y de citas posmodernas al universo digital. Dice el Deán de la Catedral, Antonio Trobajo, que «Esta entrega hace posible que siga abierta y vibrante en la fábrica de la Pulchra Leonina una larga historia de presencia de arquitectos y canteros, escultores y pintores, vitralistas y músicos, que han contribuido a hacer fácil que se puedan rastrear en nuestro primer templo las hermosas semillas del Verbo que anidan en todo faenar humano».