León según el hombre del saco

marcelino cuevas | león

Sebastián Román sigue siendo el hombre del saco. No ha dejado de visitar los Puntos Limpios de la provincia en busca de chatarra que él acaba convirtiendo en arte. Pasaron ya los tiempos en los que cierta concejala de una población de la provincia de cuyo nombre no queremos acordarnos, le envió al sicólogo para que le curara un supuesto síndrome de Diógenes.

Este genial personaje solamente tiene un síndrome… el de artista. Desde los altos de la Valduerna sigue inventando nuevayores, creando islas perdidas en exóticos océanos, o retratando en tres dimensiones la capital leonesa al completo. Pero esto no quiere decir que Sebastián no evolucione, poco tienen que ver sus últimas intervenciones con las primeras, aunque el argumento de su guión continúe siendo el mismo. El original artista cambia de soportes, descubre nuevos efectos y últimamente ha cambiado los restos olvidados de ordenadores, por elementos más potentes. «Yo he comprobado que la gente no acaba de recoger el mensaje que pongo de manifiesto en todas mis obras. Lo que quiero es que todos nos concienciemos de la importancia del reciclaje, de recuperar buena parte de lo que tiramos a la basura y que tiene muchos otros usos. Por eso he cambiado de materiales y de tamaños para mis obras. Pero eso lo contaré en mi próxima exposición».

Sí, porque en la que nos ocupa, la que acaba de inaugurarse en el Camarote Madrid, Sebastián Román aplica una nueva vuelta de tuerca a su maqueta de la ciudad de León. Ha pasado su obra por el filtro del estudio natural que instala muchos atardeceres en lo alto del Santuario de Castrotierra. «En este caso, como no tengo grandes posibilidades, he iluminado la ciudad con las luces antiniebla de mi furgoneta. Creo que este efecto, compaginado con un cielo lleno de nubes, crea una sugerente escena».

En la presentación de la muestra el artista se pone serio: «Una de las bases fundamentales de mi obra –asegura- es simplificar utilizando los medios que tengo a mano. No poseo un taller convencional, trato de conseguir que el resultado final sea la consecuencia de un acuerdo entre las piezas que empleo y la labor de situarlas en el espacio. Creo que todos mis proyectos tienen un nexo de unión y eso les aporta un carácter contundente».