PATRIMONIO
El CSIC investiga piezas musulmanas de San Isidoro
La futura ampliación del Museo lleva a dieciséis expertos a analizar 33 objetos del tesoro de la colegiata, incluidos textiles, marfiles y cajas de reliquias
verónica viñas | león
Hay objetos que ‘no encajan’ en el tesoro de San Isidoro. A los historiadores siempre les ha llamado la atención la gran cantidad de piezas musulmanas que alberga un edificio erigido por los reyes cristianos Fernando I y Sancha. Ahora, una investigación promovida por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tratará de estudiar —no de forma aislada, como se ha hecho secularmente—, 33 objetos singulares de la colegiata.
La futura ampliación del Museo, que triplicará su espacio, está vinculada, como confirmó ayer el abad, Francisco Rodríguez Llamazares, con el desembarco de un equipo de expertos, que ‘pondrá la lupa’ en textiles islámicos y cristianos, marfiles y cajas de reliquias. La Comisión de Patrimonio aprobaba ayer este estudio, que analizará los objetos ‘in situ’, sin sacarlos del edificio románico. Tomarán muestras de una veintena de fragmentos textiles; una extracción que se limitará a hilos sueltos, sobre los que se practicarán los análisis de cromatografía, identificación de fibras...
Dieciséis reconocidos profesionales de quince instituciones internacionales intentarán desentrañar el misterio que envuelve el origen y la formación del Tesoro Real de San Isidoro.
Por primera vez en dos siglos de publicaciones sobre la materia, las cajas de reliquias y los textiles hispanomusulmanes de San Isidoro —como explicó en una nota la Comisión de Patrimonio— «van a ser objeto de un acercamiento científico moderno, basado en numerosos apoyos instrumentales y no sólo en las fuentes documentales escritas».
No hay que olvidar que Margarita Torres descubrió el Santo Grial mientras estudiaba por qué San Isidoro posee tantas piezas de procedencia islámica y, en concreto, egipcia. El primer objeto que llamó su atención fue una arqueta de plata nielada «única en el mundo», de mediados del siglo XI, que tiene grabado el nombre del visir Sadaqa ibn Yusuf.
Como afirma la historiadora del CSIC Therese Martin, que ha llevado a cabo varios interesantes trabajos sobre la colegiata, «pocos tesoros medievales de la Península Ibérica han llegado hasta nosotros en un estado más o menos intacto». De ahí el interés de San Isidoro, que funciona como una especie de ‘caja del tiempo’. Por si fuera poco, el espléndido archivo de la colegiata posee documentos que hacen referencia a los objetos del tesoro.