CULTURA ■ MÚSICA
Varry Brava trae su ‘Safari emocional’
El trío desembarca hoy en el Gran Café con su último trabajo discográfico
pacho rodríguez | león
Van de safari musical desde hace tiempo para convertir sus conciertos en una fiesta. Es decir, que si el público se presenta con actitud bailable y hablable, ellos contentos. Porque su declaración de principios no pudo ser más definitiva: quisieron ser una banda divertida, sin prejuicios, descarada y hedonista. Así lo afirmaban ya hace más de diez años cuando irrumpieron en la escena en tierra de nadie desde Murcia. Ahora parece que se ubican más en la zona indie que huye de postulados cercanos al sentido trágico de la vida, aunque la evolución es lo que tiene. Pero sí que se podría decir que lejos de aquellos años en los que la vecindad a veces los asociaba a Maldita Nerea. Nada que ver.
Hoy llegan al Gran Café con Safari emocional, embarcados en Hook, una de las referencias de la ola indie. Y, tal vez, aunque ellos afirman que la idea es hacer lo que quieran en el momento que quieran, con cierta aspiración de alcanzar cotas similares a las conseguidas por Izal (Amaral sería un sueño, se supone), como bandas pertenecientes a la escudería de Manuel Notario, nombre propio e importante de la retaguardia de la escena.
Con estos mimbres que arropan la carrera de Varry Brava ahora reciben buenas noticias sobre su música, que ellos interpretan como un reconocimiento a los años de trabajo. Porque el ambiente festivo de este trío se sustenta también en la evolución sonora hacia la madurez. Y porque desde aquella maqueta inaugural de 2009, Ídolo, o el larga duración Arriva: 16 horas de juego y 4 litros de bebida energética (Darlalata Music, 2014), a este Safari emocional (Hook Ediciones Musicales, 2016) les han pasado tantas cosas que puede que reserven su punto de locura para las noches de directo como hoy. Y que aunque se asomen a ramalazos de pop épico y berlanguiano (de Carlos Berlanga) al estilo Second, otros ilustres de la escena murciana, lo que se espera de Varry Brava es una descarga de energía musical. Que es lo que habría que exigir a un grupo que para decir cuándo se fundó optan por la duda: 2004 o 2005. Y que para justificar su nombre tiran de cierto surrealismo: «Había transcurrido muy poco tiempo del fallecimiento de Barry White y Mina Mazzini seguía resonando en nuestras cabezas. De ahí salió Varry (lo de la V todavía no está muy claro) y Brava, un glorioso tema de la intérprete italiana», dicen. Para no aclarar estas dudas, lo mejor: hoy, su directo.
Lugar: Gran Café.
Hora: 22.00.
Entradas: 16 euros.