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PRESENTACiÓN EN MADRID

Por un periodismo honesto

El director del Diario de León, Joaquín S. Torné, presenta en la sede del Archivo Histórico Nacional su ensayo ‘El periodismo hecho jirones’

Bieito Rubido, Joaquín S. Torné y Óscar Campillo durante la presentación del libro. RAQUEL P. VIECO

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León

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pacho rodríguez | madrid

Diagnóstico: hecho jirones. Receta: cada 8 horas, una pastilla de compromiso, honestidad e independencia. Hay un libro. Joaquín S. Torné, director de Diario de León, presentó ayer en Madrid El periodismo hecho jirones (Eolas Ediciones), un ensayo periodístico crítico, en una aproximación válida para periodistas y lectores y que, ante todo, huye de la autocomplacencia. El acto tuvo lugar en el salón principal del Archivo Histórico Nacional, con la presencia del propio autor, junto a Bieito Rubido, director de ABC, y el leonés Óscar Campillo, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Vocento. Y los tres coincidieron en sus intervenciones tanto en señalar los momentos de cambio y confusión que vive el sector como el propio futuro de la profesión capaz de soportar crisis externas e internas.

De hecho, Torné apunta en el libro a tres que afectan de lleno como son la de la publicidad, la tecnológica y la económica en general de la última década, algo que también apuntó como factores clave en la actualidad Campillo. El gallego Bieito Rubido agradeció a Torné «una reflexión como la que hace sobre el momento tan complejo que vivimos en el periodismo», explicó. Pero Rubido, que aseguró que no ha recomendado a ninguno de sus cuatro hijos que se haga periodista, también opinó que «estamos mejor que hace treinta años», en referencia a la paradoja de que una de las crisis, como es la tecnológica, sirve para aumentar posibilidades de comunicación aunque a veces sea en detrimento de la calidad periodística. Ahora, también se sumó a la autocrítica que propone El periodismo hecho jirones» uando reveló que «no veo colectivos profesionales que se ataquen tanto los unos a los otros. Tan cainitas y destructivos como en el periodismo», aseveró. «Tiene razón Torné: el periodismo está hecho jirones. Y como consecuencia desaparecen certezas. Ya no hay editores. Ahora son empresas que cotizan en bolsa», remató.

Las vanidades

Torné puso también como ejemplo la intrahistoria del periodismo y las redacciones. «Un periódico grande tiene complejidades que uno pequeño no tiene», afirmó.

«Como son las vanidades de una profesión autocruel», añadió para mostrar el lado «más feroz» que se muestra a veces entre los propios periodistas. También se habló ayer de otro de los apartados que aborda el libro como es el del intrusismo. «Enmarcado en las redes sociales», matizó Torné, frente «al periodismo de calidad que puede ofrecer un periódico y sus profesionales», completó la idea. La figura del lector salió a colación como la de un elemento principal del periodismo que pretende aportar algo más que una información inmediata.

Campillo remarcó la importancia de lo que se cuenta en las páginas del libro en cuanto a la opinión y la convicción. «Me interesa mucho esa idea que se cuenta y que comparto acerca de que ahora tenemos más opiniones que convicciones», relató. Y es que ayer se habló de los males que aquejan al periodismo pero también de las expectativas, que aunque no se sepa cómo serán siguen intactas para una sociedad que vive de la información. Y en ese contexto se reivindicó el papel como factor de calidad. ¿El futuro? Como el buen periodismo, por escribir. Tal vez con la receta de este libro valga, como quedó de manifiesto. Porque «el periodismo tiene arreglo», reiteró Joaquín S. Torné, que insistió en que, sea como sea está profesión, «todavía me divierte mucho», dijo.