«A los 40, la vida te mira a los ojos y te dice ‘esto va en serio’»

E. G. | LEÓN

De verdadero «canto a la vida», porque «nadie tiene asegurado cumplir un año más», califica Óscar M. Prieto (Benavides de Órbigo, 1973) su nueva novela, 40, publicada por Eolas con prólogo de Álex Cooper y que hoy presenta en el Salón de los Reyes de San Marcelo. En ella da a conocer a Cosmo, un bon vivant a quien una arritmia lleva hasta las urgencias de un hospital donde está a punto de ser asesinado, confundido con un capo de la droga. Cuatro disparos que, en vez de matarle, le despiertan de su sueño de abulia y facilidad.

—¿Qué pasa al alcanzar los 40? ¿Llegamos a la tan ansiada o temida madurez...?

—Algo pasa, sin duda, algo tienen los 40. Creo que es tan sencillo como que la vida nos alcanza. Nos mira a los ojos y nos dice: ‘Oye, que esto va en serio. No pierdas el tiempo’. Ni ansiada ni temida, la madurez no es un estado, más bien una actitud comprometida con la vida. No significa que uno ya no cometa errores, pero debería suponer que uno comienza a aprender de ellos. La vida continúa y si estamos atentos, después de los 40 incluso, nos deparará todavía muchas sorpresas. En mi caso, hasta me fui de Erasmus y encontré el amor.

—¿Cuál fue la chispa que atizó la escritura de esta novela y qué quiere conseguir con ella?

—Más que chispa fue un cohete, uno como el que aparece en la portada, uno de los muchos que tiramos la noche en la que cumplí 40 años. En cuanto a lo que me gustaría conseguir con ella, obviamente quisiera que se vendieran miles de ejemplares. Si además sirve para que los lectores tomen conciencia de que cada día es un día regalado, que aquí estamos de prestado y tenemos que apurar cada instante, si sirve para que los lectores comprendan que somos señores de nuestro destino, que incluso podemos ser felices si nos dedicamos a hacer felices a los demás, si sucede eso, entonces me sentiré afortunado por haber escrito esta novela.

—El protagonista, sus ansias y cuitas, ¿están basadas en las de alguien concreto?

—Quiero dejar claro que no se trata de una novela autobiográfica, Cosmo es un personaje y yo soy Óscar. Pero, efectivamente, comparto con el protagonista reflexiones e inquietudes, deseos y miedos. De no ser así, me parecería una impostura. Te diré también, que al escribirla envié correos a amigos y conocidos para que me contaran de sus vidas, cómo habían llegado a los 40, si su vida era lo que esperaban y qué cambiarían. Sus respuestas están reflejadas también la novela, que de algún modo es un mosaico de la vida. Y aunque tiene un aire generacional, debo decir que no se circunscribe a los 40, porque los temas que trata (los padres, los hijos, el amor, los amigos, la soledad...) permanecen en todas las edades.

—¿Cómo ve el mundo editorial, qué malezas debe desbrozar un escritor joven para llegar a publicar e, incluso, ser leído?

—Me temo que el mundo literario y el editorial no van siempre de la mano. Se apuesta por un tipo de libros que en ocasiones, poco tienen que ver con la Literatura. Se dice que es lo que quiere la gente, pero no estoy de acuerdo, porque las novelas de Dostoievski se publicaban por entregas en los periódicos rusos de la época. Si a la gente le das basura, leerá basura. Dicho esto, no voy yo a enmedarles la plana a los de Madrid, que diría el gran Sazaturnil. Por suerte hay editores como Héctor, que apuestan y arriesgan por lo que creen bueno. Yo estoy muy contento de editar por primera vez con una editorial leonesa. Creo que León merece una gran editorial literaria de referencia y Eolas va camino de ello.

Lugares: Consistorio de San Marcelo.

Hora: 20.00.