El sabio de Ardón, 112 años de lucidez
Defensor de la identidad leonesa y del regreso a un cultivo literario basado en las emociones cotidianas, autor de textos «enraizados en la vida», el misterioso Sabino Ordás centrará en octubre un gran congreso internacional en la ULE..
e. gancedo | león
En la década de los setenta comenzó a aparecer, encabezando textos lúcidos y poderosos en el suplemento cultural del diario Pueblo , la firma de un tal Sabino Ordás, intelectual leonés que, según decían, acababa de llegar del exilio estadounidense donde había impartido clases en distintas universidades de aquel país. Llegaba armado de poderosa energía física y mental y con enormes ganas de denunciar soberbias y excesos creativos y políticos y, ante todo de hablar de la grande, la auténtica literatura. De él se decía también que en realidad había nacido en alta mar, a bordo del buque Covadonga , y que enviaba sus escritos desde el pueblecillo de Ardón, entre aperos arrumbados y paredonas de adobe.
Muchos se preguntaron entonces por la auténtica identidad del misterioso personajes, y hoy mismo la inquietud académica persiste, dado que la Universidad de León organiza y acoge, del 19 al 21 del próximo mes de octubre, el I Congreso Internacional Sabino Ordás. Sus responsables son el llamado grupo de investigación Estudios Multitextuales de lo Insólito y Perspectivas de Género de la ULE y el evento ya admite comunicaciones y propuestas.
Las incógnitas sobre este intelectual siempre tocado con boina que rarísima vez aparecía en actos públicos pero a quien llegaron a retratar —aseguran algunos— genios como Dalí, Warhol, Picasso o nuestro Gatagán, son muchas, quizás demasiadas, aunque uno de sus seguidores, el novelista y académico José María Merino comparece para arrojar, al menos, algo de luz sobre algunas de ellas. Así, a la pregunta de por qué organizar un congreso sobre Sabino Ordás —¿es que sus escritos y enseñanzas siguen siendo significativos hoy en día, ya metidos en la harina del siglo XXI?—, responde: «Tanto Juan Pedro Aparicio como Luis Mateo Díez y yo mismo, al fin y al cabo discípulos suyos, y no digamos el propio don Sabino, somos del todo ajenos a la iniciativa... Sin embargo, parece que entre la gente estudiosa de las universidades del mundo sigue habiendo interés por su figura, y nos enorgullece que sea precisamente la Universidad de León la que haya decidido afrontar el tema para demostrar que analizar la figura del autor de Las cenizas del fénix , entre tantas otras obras, sigue teniendo sentido y resonancia».
Entre los ponentes del cónclave se encuentra nombres señeros de la creación literaria, de la docencia y de la crítica en España, como Santos Sanz Villanueva, Ángeles Encinar, José María Pozuelo Yvancos, Juan José Lanz, Asunción Castro, los profesores de la ULE José Enrique Martínez y Natalia Álvarez, los ya citados Díez, Merino y Aparicio, Pilar Celma, la francesa Natalie Noyaret, la italiana Maria Vittoria Calvi... por tanto, la pregunta brota por sí sola: ¿Cómo es posible que este intelectual exiliado en un pequeño pueblo leonés haya interesado a tan variados expertos? «Bueno, hay que decir que Ardón no es un exilio para don Sabino, sino el regreso a las raíces —reflexiona Merino—. Mas ya desde sus primeros trabajos en las universidades americanas, cuando comenzó su largo y verdadero exilio, sobre todo en los Estados Unidos, don Sabino manifestó ser un pionero en la aproximación a los temas más diversos. Desde la que pudiéramos llamar ‘la crítica de la crítica’ hasta la recuperación de grandes autores olvidados o la polémica sobre temas como el cómic. Lo mejor de don Sabino ha sido su visión universal y la naturalidad con que afronta las cosas sin prejuicio, siempre desde una apasionada defensa de la Literatura con mayúscula...».
¿Y cómo estará percibiendo Sabino Ordás la literatura y la política actual? ¿O sus facultades se encuentran ya en retirada o quizás apagadas del todo? «Afortunadamente, a sus 112 años, don Sabino sigue con la cabeza clara, pero la situación del mundo lo mantiene en un silencio que llamaríamos reprobatorio —aclara José María Merino—. Piensa que los responsables públicos están haciendo desaparecer las humanidades del sistema educativo para embrutecer a la ciudadanía y crear mentalidades acríticas y serviles. Cree que la literatura de usar y tirar se está imponiendo en un panorama con cada vez menos y peores lectores, dominado por la facilidad y banalidad del discurso en las nuevas tecnologías... Opina que la concurrencia de personajes como Trump, Putin, Maduro, Erdogan o Kim Jong-un, en diferentes partes del mundo, o la existencia del ‘Estado Islámico’, demuestran que es posible volver al peor de los pasados... Está convencido de que el fervor liberal de la economía mundial tiende a crear un Nuevo Feudalismo con señores y siervos... O sea, que está lúcido, pero no demasiado animado...».
El comité organizador del congreso, ante todo, ha destacado del legado de Ordás su afán por «la recuperación del arte de contar historias, el regreso a un realismo renovado, no mimético, y el espíritu universalista enlazado con el empleo literario de los ámbitos familiares y cotidianos. En suma, la apuesta por la literatura enraizada en la vida».
«Siempre preferí las obras que ahondando en lo particular nos llevan a lo universal —escribió Ordás en el libro Las cenizas del fénix —. De las emociones pequeñas y cercanas uno pasa con más delectación a las grandes emociones que conmueven al mundo, como de los conocimientos de esa diminuta parcela geográfica que habitamos, al conocimiento del cosmos».