Volviendo a los caminos de la abstracción

marcelino cuevas | león

En muchas películas americanas se pueden ver las figuras de los soldados que vivieron las trágicas epopeyas guerreras de Vietnam, Irak o Afganistán, personajes taciturnos que arrastran inexorablemente sus recuerdos, sus ilusiones perdidas. Pues bien, ha llegado a Espacio E un artista leonés que también ha participado en mil batallas, que lleva años y años, como tantos, luchando contra la indiferencia con la que las entidades leonesas miran la cultura.

Valcuende tiene el aspecto mítico de los veteranos inasequibles al desaliento. Su larga melena y su barba ancestral se han teñido de blanco mientras él sigue pintando, sigue acercándonos en silencio a los sugerentes paisajes de su mente. Valcuende pinta con gestos enérgicos sobre lienzos de pequeño tamaño. Sus sueños llenos de color se esconden tras la niebla o estallan como un torbellino de emociones. Valcuende, como tantos otros, no abandona su empeño, un hermoso proyecto que muchas veces ha estado a punto de extinguirse, pero que sigue viviendo. Y eso es muy importante.

Podríamos hablarles de innumerables artistas leoneses que nunca han recibido el calor de la mano tendida de una entidad más o menos oficial. Unos ya se han ido, otros siguen en la brecha y es emocionante comprobar que siguen vivos y que siguen pariendo obras hermosas, contribuciones magnificas a la cultura de esta provincia, de esta tierra de pan de llevar, que decía Victoriano Crémer. Hay que agradecer la labor de Pablo Estilo, que ha sido capaz de poner de nuevo en el candelero los trabajos de muchos artistas casi olvidados, necesitados de un rescate, y de otros que apenas han nacido y a los que hay que ayudar a ver la luz. Isidro Hernández Valcuende se merece esta resurrección, este reencuentro después de largo tiempo.

Incluso sin título

«La obra de Valcuende —explica Carmen García Suárez— nace en lo interior, en lo invisible. Desfigura el mundo de las apariencias, del paisaje en esta ocasión, y llega a una abstracción lírica que alude a su estado anímico, su realidad interior, sus sentimientos. En esta muestra, que acoge pinturas y grabados, se muestra la autonomía propia del color y de las formas que registran lo que está ahí, en alguna parte. Evocaciones de paisajes inventados, paisajes velados, bosques, nieblas, árboles, aguas, lluvias… que nacen en la mente como cosas dadas, como ensoñaciones, omitiendo en algunos casos el objeto y la figura, lo que le lleva en muchas de sus obras a suprimir el título».

El veterano artista Isidro Hernández Valcuende. CUEVAS