PATRIMONIO ■ LO QUE PASÓ CON LOS TESOROS DE LEÓN
Premio Princesa de Asturias al museo que desvalijó León
El jurado reconoce a la Hispanic Society of America, fundada por el magnate que hizo su colección con decenas de tesoros leoneses
verónica viñas | león
La línea que separa el coleccionismo del tráfico de arte es tan delgada que durante siglos miles de objetos valiosos de León acabaron lejos de España, en mansiones de multimillonarios y museos. La Hispanic Society of America, que posee la mayor colección de arte español en Estados Unidos, y ‘cazó’ buena parte de sus tesoros en esta provincia, recibía ayer el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
El jurado del galardón, presidido por el ex ministro del PP Marcelino Oreja, reconoce a la institución fundada en 1904 por Archer Milton Huntington «por su papel en la promoción de la cultura y valores de lo hispano y lo latino, a través de la creación en Nueva York de un museo y una biblioteca de acceso público y gratuito».
Si las ‘casualidades’ existen, el Museo del Prado expone actualmente una selección de joyas de la Hispanic Society.
Con frecuencia se ha destacado que Huntington, quien heredó una fabulosa fortuna de su padre —propietario de la compañía de ferrocarriles Central Pacific y de unos astilleros—, no compró en España, sino principalmente en París y Estados Unidos, los objetos de arte españoles, incluidos los de origen leonés.
El magnate norteamericano también se vanagloriaba de ello, por ejemplo, en una carta dirigida a su madre: «Como bien sabes, no compro cuadros en España... a España no voy en busca de botín. Me haré con los cuadros fuera. Los hay en abundancia».
Huntington era consciente de que la compra de bienes patrimoniales estaba mal vista, especialmente para un ilustre hispanista como él, que no se podía permitir enturbiar su buen nombre.
Red de agentes
El espléndido trabajo de investigación de Immaculada Socias Batet titulado La correspondencia entre Isidre Bonsoms Sicar y Archer Milton Huntington. El coleccionismo de libros antiguos y objetos de arte, explica que en realidad el fundador de la Hispanic contaba con «una red de agentes»: políticos, nobles, historiadores, arqueólogos y marchantes de arte compraban para Huntington y sacaban las piezas de España.
La lista de agentes es larguísima, con nombres como José Gestoso, miembro de la Comisión de Monumentos de Sevilla; el pintor Raimundo Madrazo; o el conde de las Almenas, que puso en contacto a Huntington con la Asociación Española de Amigos del Arte. También Arthur Byne, de infausto recuerdo en León. Byne y su esposa, Mildred Stapley, se especializaron en la búsqueda de tesoros en España. El historiador Merino de Cáceres ha dicho de Byne que «era un comerciante de altos vuelos y nada escrupuloso». Este personaje ofreció al magnate de la prensa Hearst 47 sitiales procedentes de un monasterio leonés, con los escudos de Pedro I el Cruel y doña María de Padilla, que Merino cree casi con seguridad que procedían del monasterio de Carracedo.
En 1929, Huntington adquiere al conde de las Almenas, por mediación de los Byne, una talla de san Martín de principios del siglo en madera policromada, procedente de Cacabelos, así como dos esculturas de plata del gran orfebre leonés del XVI Juan de Arfe que representaban al profeta Isaías y un patriarca.
En la investigación La dispersión de objetos de arte fuera de España en los siglos XIX y XX, Socias Batet afirma que «la Península fue cruzada de norte a sur y de este a oeste por numerosos art dealers y agentes de diversa catadura, los cuales propiciaron la construcción de fabulosas colecciones como fue la de Huntington».
Con banco propio
Socias Batet devela el modus operandi del magnate: «Muchos de los pagos de la pinturas se realizaban a través del banco que Huntington tenía en París». Las obras eran enviadas a Nueva York al estudio del artista Francis Lathrop —primer agente de Huntington—, para luego ser transferidas a la Hispanic Society.
Archer Milton Huntington. DL
Huntington pagó 82.000 francos en 1912 por los sepulcros de Suero de Quiñones y su esposa, Elvira de Zúñiga, piezas del siglo XVI esculpidas en mármol blanco, que salieron de León en extrañas circunstancias. Él los compró a un anticuario parisino.
Otro de los agentes del fundador de la Hispanic Society fue el agustino omañés David Rubio Calzada. Entre 1939 y 1943 compró miles de libros para Huntington, quien además atesoró 40.000 monedas españolas; entre las más valiosas, las procedentes de León, como las de Urraca, la primera reina que ejerció el exclusivo derecho real de acuñación de moneda en los reinos de León y Toledo, o un morabetino del reinado de Fernando II y otro de Alfonso IX.
La Hispanic Society tuvo que vender hace cinco años su grandiosa colección numismática porque atravesaba horas bajas. En estos momentos la sede de esta institución en Nueva York esta cerrada «por reforma».
Escultura de Santa Marta, obra de Juan de Juni, en la exposición del Prado sobre la Hispanic Society. FERNANDO ALVARADO