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Ventanas para conocer historias

Juan Carlos Uriarte presenta en Espacio-E ‘Los paraísos perdidos’.

El artista leonés Juan Carlos Uriarte. CUEVAS

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León

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marcelino cuevas | león

Juan Carlos Uriarte es un enorme paquidermo que lleva sobre sus lomos el mejor resumen de la cultura leonesa de los últimos cincuenta años. Uriarte es, además, un fanático del reciclaje. Es capaz de descubrir fantásticos dragones en prosaicas bielas herrumbrosas. Puede convertir libros desahuciados en luminosas ventanas que nos invitan a disfrutar de los paisajes mágicos de Leonardo. El artista es hombre peculiar de andar cansino, sonrisa fácil y pintor de historias.

La galería Espacio-E muestra estos días la exposición que el artista ha titulado Los paraísos perdidos , en la que el espectador conoce las biografías plásticas de grandes personajes que en su momento fueron perseguidos por sus ideas innovadoras, desde alquimistas a filósofos tiene sitio en su parnaso.

De escritores que jugaron a la Rayuela con las palabras a pintores admirados que dejaron reflejos de su mirada en cuadros inmortales. Lo complicado de las obras de Uriarte es que, más allá de su poderosa estética, esconden mensajes profundos a los que solamente se tiene acceso a través de la prolija explicación del autor. Son sus cuadros mundos que hay que visitar de la mano de quien los creó. Es únicamente él quien puede introducirnos a través de sus puertas de arcadas clásicas en los secretos que atesoran.

No es normal en la trayectoria de este veterano artista una periodo tan febril de trabajo, pero parece ser que en estos tiempos se siente a gusto en su taller y no sólo ha creado la treintena de obras que podemos ver en esta exposición, sino que también han salido de sus manos trabajos suficientes para llenar el patio del Palacio de los Guzmanes en una exposición que está a punto de ser inaugurada.

Y como contrapunto a las sesudas creaciones de Uriarte, hay que dejar constancia del trabajo creativo de Pablo Martínez, que ha sido capaz de enmarcarlos con molduras de extraordinaria belleza capaces de resaltar con brillantez cada una de las obras. En este caso el artesano se ha convertido también en artista y justo es reconocerlo.

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