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CULTURA ■ CONGRESO

«No es injusto decir que Panero fue un maldito»

Túa Blesa abre el congreso que reúne en Astorga a los mayores expertos en el poeta que vivió media vida en psiquiátricos.

Retrto de Leopoldo María Panero de Álvaro Delgado utilizado como cartel del congreso

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León

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verónica viñas | león

«Quienes superan la tentación de matarse, se aferran con lujuria a la vida», escribió Vicente Molina Foix a propósito de Leopoldo María Panero. El catedrático Túa Blesa, una de las mayores autoridades en el autor de Guarida de un animal que no existe, afirma que «no es injusto decir que Panero fue un maldito, aunque suene tópico».

El profesor de la Universidad de Zaragoza abre hoy el congreso que Astorga dedica durante tres días a uno de los escritores más controvertidos, admirados, apocalípticos y originales de la poesía española del último medio siglo. «Yo soy bisexual y sadomasoquista. Sádico con las mujeres y ‘masoca’ con los hombres, aunque también sádico con algunos tíos, depende de lo guapos que sean», decía Panero, quien odiaba a su padre como persona y le admiraba como escritor, según Blesa. En su conferencia inaugural explorará el desprecio que el mediano de los Panero sentía por la literatura española, «ligada a la malísima opinión que tenía de España y de la cultura española».

El catedrático aragonés también planteará cómo valoraba Leopoldo María su propia poesía. «Él se veía muy buen poeta», dice Blesa, quien tuvo una larga amistad con el autor de Teoría del miedo, a quien visitaba con frecuencia en el psiquiátrico de Mondragón y con el que tuvo frecuentes conversaciones telefónicas hasta su muerte, hace ahora tres años.

«Le quería mucho y me daba mucha pena el desamparo y la situación de destrucción a la que llegó», confiesa el profesor de la Universidad de Zaragoza. También conoció, «aunque menos», a sus hermanos, pero no a la matriarca del ‘clan’, la actriz y escritora Felicidad Blanc, a quienes retrató Jaime Chávarri en la impactante e inolvidable película El desencanto, que hoy se proyecta a las 20.00 horas en la casa de los Panero, sede del congreso.

Reconoce Túa Blesa que Leopoldo María tenía «muy mala relación con sus hermanos Juan Luis y Michi», pero aclara que «él era muy difícil de aguantar. En cambio, sus hermanos, llevaban unas vidas, dentro de un cierto orden, normales».

Leopoldo María no tuvo que morirse para ser reconocido. «Desde finales de los ochenta empezó a tener una importante reputación en el mundo académico y ha contado con una gran cofradía de lectores. Siempre ha vendido bien sus libros y hay grupos que han hecho canciones de sus poesías. Francia también le dedicó un congreso hace tres años».

Túa Blesa sostiene que es imposible disociar al Leopoldo María escritor del enfermo recluido en un psiquiátrico de Gran Canaria. «La escritura, para él, era la vida. Tenía una gran rebeldía contra la vida y sus reclusiones. Solía decir: ‘que no usen mi biografía para juzgarme’, pero es todo uno».

El poeta de la desolación

El autor de Narciso en el acorde último de las flautas —el poemario favorito de Túa Blesa— «mentía mucho, decía que le envenenaban en el psiquiátrico, pero también tuvo años en los que hizo lo que le dio la gana, viajó a Tánger a Inglaterra...». El propio Leopoldo María admitía que su vida era una cadena de resurrecciones.

Blesa adelanta que el congreso hará alguna «revelación importante» sobre el poeta astorgano; previsiblemente, la publicación de algún inédito. «Era un desastre, perdía todo», afirma el catedrático, que está convencido de que «hay textos en manos de amigos y editores» que aún no han visto la luz.

Para Blesa, el conjunto de la obra de Panero es «excelente» y se estudia en las universidades; al menos, él siempre le incluye en el temario. Quizá su obra menos analizada sean sus cuentos, fundamentalmente de terror, y que también son «muy interesantes».

La primera sesión del congreso servirá para que Gemma Pimienta analice ‘la escritura y la marranada’ en la obra del autor de Dos relatos o una perversión; para que el escritor J. Benito Fernández explore la escritura del dolor de Panero; para que Sergio Fernández haga una aproximación al sadismo y para que Laura González Niebla aborde ‘lo policíaco y lo fantástico en palabras de un asesino’, entre otras ponencias.

Blesa describe a un poeta marcado por la desolación y el desgarro como «un desastre en la vida y un escritor contra la literatura».

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