Una obra singular convertida también en atractivo turístico
Instalada frente al mar y en medio de un paraje con no pocas huellas históricas y alicientes para la visita, The Jump parece haberse adaptado perfectamente a ese espacio, llamando la atención de vecinos y turistas, que no dudan en hacerse fotos junto al nadador. Eso sí, no es la primera criatura que Amancio ubica en tierras turcas; una de ellas, el Músico que decoraba una estación de metro en Esmirna, fue epicentro de una polémica nacional al sufrir los ataques de un fundamentalista, que la destrozó por juzgar que «atentaba contra la moral». Artistas y asociaciones de todo el país se solidarizaron con el leonés.