CULTURA ■ ARTESANÍA
Con una rueca en la mochila
El artesano Óscar Fierro recorre el mundo mostrando los secretos de la elaboración tradicional de la lana. Esta semana pasará por el Páramo leonés
marcelino cuevas | león
Se llama Óscar Fierro Juan y ha sabido convertir su afición por la cultura tradicional en casi una profesión. Óscar es músico, interprete de viejas melodías con instrumentos históricos como la zanfoña. Pero el capítulo más interesante de la actividad de este joven investigador es el del conocimiento del arte de la elaboración de la lana, desde el esquileo al tejido pasando por el cardado, el hilado, el teñido... todos y cada uno de los pasos a través de los cuales el producto natural salido de los vellones de las ovejas acaba convirtiéndose en tejidos artesanales de brillantes colores.
Y eso es lo que pretende llevar a la gente desde las plazas y calles de toda España y, especialmente, de las de León y sus pueblos, ya que la historia comenzó en la leonesa población de Bustillo del Páramo.
Oscar Fierro es joven y ambicioso. «El fin de mi trabajo —dice— es conseguir fabricar mis propios tejidos y hacerlo de cara al público. Cuando he terminado mi aprendizaje, que ha durado cinco años, he comenzado a dedicarme a asistir a ferias, como las medievales, que ahora están tan de moda, para mostrar a todo el mundo cómo el humilde producto de las ovejas puede convertirse en un hermoso tejido. Para ello voy cargado con todos los instrumentos: la rueca, las cardas, los husos, la escarmenadora, la cardadora de tambor… para que la gente conozca todo un proceso lleno de interés y que se está perdiendo. Solamente la última parte tengo que reservarla a mi casa, ya que el telar es un instrumento de dimensiones importantes y difícil de transportar».
Pero sepamos como comenzó esta hermosa historia. «El principio fue en Bustillo del Páramo —explica—, donde mi familia heredó la casa de la bisabuela, que se llamaba María. Lo primero que hice fue realizar un inventario de todo lo que allí había. Entre otros muchos objetos me encontré con unas cardas y unos husos que no tenía ni idea de lo que eran. Le pregunté a un vecino y me explicó que antiguamente en estos pueblos todos los vecinos tenían en casa dos o tres ovejas y con la lana que sacaban de ellas se hacían calcetines, bufandas, chaquetas… A partir de ahí, me dije, si sabía mi bisabuela yo no iba a ser menos. Para enterarme he tenido que recorrer casi toda España durante cinco años buscando artesanos que me enseñaran todos los apartados de la artesanía de la lana, que ya quedan muy pocos, sobre todo en el teñido con sustancias naturales. Por ejemplo, para conseguir el amarillo empleo hojas de eucalipto gallego. Hay muchos pequeños secretos en esta vieja profesión».
Su «gira paramesa»
Pero vamos a la noticia. Durante los primeros días de este mes de septiembre, Óscar Fierro, y como agradecimiento a los pueblos donde comenzó esta historia, quiere mostrar sus habilidades durante gran parte del día en las plazas de los ocho pueblos del ayuntamiento de Bustillo del Páramo. «Aunque todo partiera de allí —dice—, tengo constancia de que hay mucha gente que ya no recuerda o que nunca supo cómo era la industria cotidiana de la lana».