CULTURA ■ LA ENTREVISTA
«No hay crítico más feroz y sincero que un niño»
EMMA SÁNCHEZ VARELA / ESCRITORA
PABLO RIOJA | LEÓN
No es su primer cuento, aunque sí el más personal, «un paso a la madurez» donde se ha dejado alma, piel y parte de esa inocencia que regalaban las musas cuando se disfrazaban de juventud. Hoy, la escritora Emma Sánchez Varela presenta Tilo Cocodrilo, un libro infantil destinado a niños de entre tres a seis años de edad. Será a las 19.00 horas en el Salón de los Reyes del antiguo Ayuntamiento de la capital leonesa.
—¿En qué se diferencia esta historia de las otras tres que ya convirtió en libro?
—Las otras eran leyendas de León y ésta no. He notado mucho la madurez a la hora de ponerme a escribir y sobre todo al momento de tomar las decisiones de cómo quería todo, desde el tipo de texto a las pastas duras, la historia... También conozco mucho más a fondo la literatura infantil. Ahora, por ejemplo, echo la vista atrás y cambiaría muchas cosas de mis otros trabajos.
—¿Y qué cuenta en ‘Tilo Cocodrilo’?
—Es una historia de amistad. De cómo el personaje principal la busca en diferentes animales a lo largo del relato sin mucho éxito y en algunos casos condicionada por el mero interés. Al final encuentra una compañera de aventuras con la que encontrará la verdadera amistad.
—¿Son los niños, los críticos más duros a la hora de valorar un trabajo?
—Sin duda alguna, no hay crítico más feroz y a la vez sincero que un niño. Pero a mí no me des adultos, dame niños cien veces porque si la historia no les gusta te lo dicen y se quedan tan tranquilos, son sinceros al cien por cien. De hecho me ocurrió algo muy curioso con una chica una vez que conté este cuento. Me preguntó si al final el cocodrilo y su compañera, que es una rana, se casaban.
—¿Y cómo sabe lo que les gusta?
—En mi caso tengo ventaja porque durante 14 años trabajé como cuenta cuentos. De hecho Tilo Cocodrilo lo empecé así y después de cinco años contándolo le di forma de libro. Me resulta mucho más fácil narrar una historia inventada por mí que otra tradicional porque así es más complicado que los niños me lleven la contraria o me digan que tal personaje no hacía esto o lo otro.
—Los principales editores leoneses insisten en que el sector se salva gracias a la literatura infantil. ¿Cree que es así?
—Sí, porque ahora los adultos ven mejor el gastarse dinero en publicaciones específicas para sus hijos. Hay más conciencia de inculcar la lectura a los niños. Otro motivo importante en el descenso de las ventas de libros es la pérdida de poder económico y que no estamos concienciados del todo con los actos culturales. León es un claro ejemplo de esa oferta cultural, pero en el fondo la asistencia es menor.
—Ha sido parte del jurado del Leteo. ¿De quién ha sido la culpa de su desaparición?
—El gran problema ha sido la falta de apoyo económico por parte de las instituciones. Al final cansa el tener que pedir siempre ayuda cuando los recursos son pocos. A mí personalmente me duele muchísimo ver que se ha acabado, como lectora es una tragedia.
—¿Cree que hay posibilidades de retomarlo en el futuro?
—No lo creo, tendría que producirse un cambio radical a la hora de apoyarlo.
—¿Afecta tanto la piratería como antes?
—No hay tanta como parece. A quienes le gustan los libros continúan comprándolos. Quizá afecta más a sectores como la música.
—¿Qué es lo próximo que quiere plasmar sobre el papel?
—Tengo en la cabeza dándome vueltas cuentos de temas sociales como la adopción o la separación.
—Pero esos cuentos acaban mal...
—Depende. Yo quiero contarlos de forma natural, sin darle tanta importancia. El problema es que los mayores subestimamos a los niños y no tienen un pelo de tontos.
Lugar: Salón de los Reyes del antiguo Ayuntamiento. (Plaza San Marcelo).
Hora: 19.00.
Entrada: Libre.