«Hoy hay cierta renuncia al rigor»

P. RIOJA | LEÓN

Un libro «muy personal salido de las tripas» que en principio se concibió como una serie de relatos para el extinto blog Ángulo de penetración y ahora cobra vida en papel. Así es Trata de olvidarlas, de Alberto Rodríguez Torices, una novela que presenta hoy en el Gran Café —a las 20.00 horas— acompañado por el escritor e ilustrador Joaquín Olmo y la profesora de Lengua y Literatura Lourdes Zapico. «Siempre me cuesta hablar de mis publicaciones porque creo que las estoy maltratando», señala el autor de un trabajo del que se siente «satisfecho» —gracias en parte a la gran conexión que ha tenido con su editor desde el minuto cero— y que nace «de forma inconsciente» inspirado por un poema de Carver —Las jóvenes— donde se despide de todas las cosas. «Es una colección de olvidos imposibles, como por ejemplo resulta imposible despedirse de lo más hermoso de la vida, que no es susceptible del olvido».

Trata de olvidarlas es una colección de amoríos del protagonista, que «tiene una serie de encuentros eróticos con varias mujeres y lo que en un principio es lúdico, algo desprovisto de gravedad, va cogiendo poco a poco dramatismo».

Un «espaldarazo»

El que fuera premio de novela corta de la Fundación Monteleón hace ahora dos años confiesa que los reconocimientos ayudan siempre y cuando «no te deslumbren» ni te hagan pensar que ya todo lo haces bien. «Para mí desde el primero al último de los galardones que he recibido han supuesto un espaldarazo, un indicador de que vas bien encaminado aunque quede mucho viaje por delante que recorrer». El también «maquetador y corrector editorial» —huye del término diseñador porque en su opinión le queda grande— asegura que su gran vocación es la de lector y escritor. «Mi realización personal la he cifrado a la escritura, el resto lo hago a título profesional». Aunque es precisamente su labor como corrector la que le ha hecho darse cuenta de que en la actualidad el lenguaje vive una cierta sensación de abandono. «No sé si hace 20 años se escribía mejor, pero resulta innegable que hoy existe cierta renuncia al rigor». Torices insiste en que somos víctimas de la celeridad como norma de vida. «Todo tiene que suponer un ahorro de tiempo y la comunicación vista así tiene un coste. La rapidez va unida a la comodidad, a una renuncia al esfuerzo y al final el lenguaje sufre las consecuencias». Para el autor de Sacrificio es necesario reflexionar sobre este modo de vida. «Una herramienta para frenar esta tendencia —prosigue— son los libros, que debido a su mecánica imponen un tempo lento».

Sobre la salud del sector editorial español Torices ve luces y sombras, aunque se muestra optimista. «Ahora mismo los pequeños y medianos editores están trabajando con mucho gusto, son casi como héroes que sacan adelante trabajos de gran calidad y no se rinden pese a que se exponen a fracasos y amarguras. Los peces grandes no se están comiendo a los chicos y el libro se salva con originalidad y creatividad», finaliza.

Lugar: Gran Café.

Hora: 20.00.

Entrada: Gratuita.