La memoria de León en 10.000 enseres

Salió de un sótano para entrar en un convento. El Museo Etnográfico Provincial cumple hoy diez años y no ha dejado de ‘amasar’ tesoros desde que se instaló en Mansilla de las Mulas. La colección comenzó a forjarse hace casi medio siglo, cuando el médico maragato Julio Carro regaló a la Diputación Provincial sus obras de etnografía y arqueología, que durante años encontraron refugio en los sótanos del Edificio Fierro. El viejo convento de San Agustín de Mansilla de las Mulas, del siglo XVI, era un montón de ruinas hasta que se transformó hace una década en sede del Museo Etnográfico. Abrió sus puertas al público con una colección de 3.500 piezas. Desde entonces, los fondos se han triplicado. En ellos está la memoria de León.

Las ‘dotes’ —cesiones y donaciones de particulares— han enriquecido la colección hasta convertirla en una de las mejores del país. La entonces presidenta de la Diputación Isabel Carrasco inauguraba el Etnográfico el 20 de febrero de 2008, tras una inversión de cinco millones de euros, para convertir el convento fundado en el año 1500 por el almirante Fabrique Enríquez en un gran ‘baúl de los recuerdos’. Objetos y enseres que permiten averiguar los orígenes de esta provincia. Piezas que representan la cultura tradicional leonesa; en ocasiones, los supervivientes de unos usos y costumbres ya extintos. Objetos cotidianos que el tiempo convirtió en ‘reliquias’ y bártulos cuyo valor es más sentimental que económico forman parte del legado que cada año recibe el Museo Etnográfico Provincial.

Cuatro años antes de fallecer la conocida historiadora leonesa Concha Casado Lobato, que dedicó toda su vida al estudio antropológico y a la defensa del patrimonio leonés, legó al museo de Mansilla su magnífica biblioteca, más de 3.000 documentos, con volúmenes muy curiosos de los siglos XVI y XVII, y rarezas como unas obras completas de Enrique Gil y Carrasco de 1954, un facsímil del Diccionario de Madoz o un catálogo del Museo Arqueológico de San Marcos de 1920.

Pese a la ingente cantidad de obras que alberga el Museo Etnográfico, periódicamente acoge exposiciones temporales, como la que inaugura mañana, Atapuerca. 10.000 años de evolución, en colaboración con el Museo de la Evolución Humana de Burgos, eje central de la programación del décimo aniversario. Aparte de esta exposición, que podrá verse hasta el 27 de mayo, la Diputación ha organizado un amplio calendario de actividades, como filandones, exposiciones, talleres, conferencias o visitas guiadas, entre otras.

«Seguimos creyendo que es necesario descubrir y hacer descubrir la calidad, importancia y sostenibilidad del patrimonio etnográfico material e intangible como base que ha servido para forjar el carácter humano leonés, desde su diversidad cultural, antropológica, etnográfica, cultura material, sus hablas, ritos, formas de organización social y territorial, sus moradas, sus estandartes y en definitiva su aportación a la historia social», explica la Diputación en una nota de prensa.