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LEÓN ■ CULTURA

Mario Tascón, el berciano a quien Forges dedicó una de sus viñetas

Se lo pidió "muerto de vergüenza" para la revista oficial de las fiestas de la Encina de 1990

La viñeta de Forges a Mario Tascón.

Publicado por
Georgino Fernández / Redacción Digital
León

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Corría el año 1990. El diario El Mundo, con apenas un año de vida, era una redacción llena de gente joven, con mucha dosis de ambición y muchas ilusiones por cumplir. Allí, como infógrafo estaba el berciano de Ponferrada, Mario Tascón; que luego sería uno de los grandes nombres propios en el desarrollo de la edición digital de este periódico. Junto a ellos, un selecto grupo de veteranos, arrimaba también el codo en la realidad del día a día. Entre ellos destacaba la figura de Antonio Fraguas "Forges", cuya muerte lloró ayer toda España.

Su relación era buena. A ello contribuyó sin duda la sangre gallega paterna de la que presumía Forges y que su padre hubiese trabajado de joven en la central térmica de Compostilla en Cubillos cuando el dibujante era todavía un niño.  "Conocía Ponferrada perfectamente, es una ciudad a la que le tenía cariño estaba en su vocabulario, ese que salía en sus chistes y que nos encantaba a todos", recordaba ayer Mario Tascón desde Madrid, todavía digiriendo su pérdida y presumiendo (sin parafernalias) de tener uno de sus chistes dedicado personalmente. "Ahora mismo estoy de mudanza y esa viñeta la he puesto en la caja  donde tengo separadas las cosas importantes de mi vida".

No recuerda quién se lo pidió. -Oye... ¿podrías pedirle a Forges un dibujo de los suyos para la revista de las fiestas de la Encina-. "La verdad -asegura- es que ese tipo de encargos me producen un bochorno tremendo. Me resistí y me hice el sueco porque me da mucha vergüenza pedir esas cosas". Pero le insistieron tanto que al final cedió. "Un día le dije a Forges, mira perdon pero me piden un dibujo para las fiestas de Ponferrada,  dame cualquier cosa que me pueda valer.  Un chiste cualquiera y resolvemos la papeleta".

Y ahí salió todo el humanismo de Forges, ese hombre cercano a la realidad diaria que reflejó durante medio siglo en sus viñetas. "Fue muy majo y me la envió enseguida. Me la dejó encima de la mesa y la verdad es que no recuerdo si llegó a publicarse porque el tiempo nos pisaba los talones". En el dibujo aparece uno de los personajes arquetípicos de Forges en las Naciones Unidas y este texto encima de su cabeza: Embajador de Ponferrada  en la ONU negándose en virulento discurso al ingreso de Astorga en dicho organismo".

Aquel encargo que tanto azoramiento le causó se convirtió en uno de los objetos más preciados para él. "Lo guardo como  oro en paño, le tengo muchísimo cariño". Lleva en su casa desde 1990 y seguirá con él para siempre.  

No fue esta la única ocasión en que la capital berciana salió en uno de los chistes de Forges. En otra, empleando su mordacidad sobre la fiebre futbolera se ve al Mariano habitual de sus dibujos con la no menos habitual Concha. Ambos en la cama. "¿Donde vas?", le pregunta ella. "A ver el Real Madrid-Borusia Ponferrada", dice él. "¿A las cuatro de la mañana?", interroga irónica la mujer. "Ou. Yeah",  grita el esposo. "Locos, estáis locos", termina ella el típico diálogo forgiano.