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CULTURA ■ EXPOSICIÓN

Fusión de culturas a través del arte

El Albéitar reúne en ‘Poéticas contemporáneas’ a pintores de Oriente y Occidente. Podrá verse hasta el 22 de marzo

Una colorista creación del japonés Shoji Harikae. CUEVAS

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MARCELINO CUEVAS | LEÓN
León

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Recibe la enorme sala de exposiciones de El Albéitar universitario una exposición viajera. Comenzó su periplo en la milagrosamente emergente Fundación Merayo de Santibáñez del Porma, era tiempo de verano. Llegado el otoño la muestra internacional viajó, también auspiciada por el estamento universitario, a tierras del Bierzo. Ahora, estos artistas que pretenden unir las visiones plásticas de Oriente y Occidente visitan la capital. Y la cosa no acabará aquí, porque próximamente hay fundadas razones para pensar que se trasladará a la capital soriana.

La inauguración de esta sorprendente muestra contó con la presencia del rector de la Universidad de León, Francisco García Marín; del vicerrector de Responsabilidad Social, Cultura y Deportes, Isidoro Martínez; y con el ministro de la Embajada de Japón, Kenji Hirata. La presentación estuvo a cargo de la directora de Arte y Exposiciones de la Fundación Merayo, Rosa María Olmos.

Vicente Molina Pacheco presenta en la muestra su serie Lux Abscondita, en la que logra «crear otras realidades que sugieren trascendencia» tal como describe el doctor en Historia del Arte Jesús Alonso Romero, porque, como dice, «el arte, la búsqueda y contemplación de la belleza plástica es una de las vías que puede mover al hallazgo de la espiritualidad».

Por su parte el fotógrafo asturiano, afincado en León, Norberto Nosti, presenta su serie titulada Ilógica, que refleja situaciones contradictorias y de tensión, a modo de juego visual. Unas fotografías que invitan al observador a convertirse en protagonista interpretando cada instantánea.

Tres artistas japoneses con sus personales obras presentan el universo oriental de la exposición. Shoji Harikae, ya desaparecido, es uno de los grandes exponentes del arte japonés contemporáneo, cuya huella pictórica también refleja en Occidente la apertura de Japón al mundo durante la segunda mitad del siglo XIX. Harikae sale de Japón en 1970, año en el que el Centro Rockefeller reconoce su obra y exhibe una amplia colección. Una década crucial en su trayectoria, en la que comienza a ser reconocido en Europa.

Maiko Maeda llega directamente desde Kioto. Sus exposiciones individuales en Tokio, Nueva York, Pensilvania, San Petesburgo, Armenia o Madrid son frecuentes. La pintura de Maeda queda definida, ante todo, por su pasión colorista y una experimentación constante. Y, finalmente, Sousai Inada y su caligrafía ponen la nota más espectacular de la muestra. Representa aquí a la mejor vanguardia japonesa. Inada es el director de la prestigiosa Escuela Bokujin, creada por Shiryu Morita, su maestro y gran artista japonés, y quien contribuyó en gran medida al nacimiento del arte abstracto occidental.