Música ■ Los niños mutantes
«La burbuja del ‘indie’ también se desinflará»
Los niños menos niños (pero más mutantes) del indie español ofrecen hoy en Espacio Vías un concierto que se adivina como ellos mismos son: gozosamente paradójicos. A la vez rebeldes y poéticos, intimistas y grandiosos, veteranos pero con el entusiasmo y el ardor de quienes dan sus primeros pasos musicales. Niños Mutantes, nacidos en Granada a mitad de los noventa, ahora con su más que redondo Diez a las espaldas (también acaban de estrenar Sin pensar, primer single de su nuevo ep, Diez & medio) aterrizan en León plenos de fuerza y, como siempre, ansiosos de libertad.
—Cuando echáis la vista atrás y veis en perspectiva todo lo que ha pasado, ¿qué conclusión sacáis? ¿Cuál ha sido el secreto para la permanencia en el tiempo de Niños Mutantes?
—Otros grupos abandonan cuando ven que no reciben el eco que creen merecer. Nosotros hemos tenido mucha suerte, porque siempre hemos tenido la sensación de crecer, de mejorar, de congregar a más gente... nunca hemos sentido una cuesta abajo que será la que acaba con vocaciones incluso firmes. Aparte de eso es que hemos disfrutado mucho, hacer música y que te paguen por ello es un lujo del que estamos muy agradecidos.
—¿Qué pensáis de la explosión ‘indie’ a la que asistimos en la actualidad? ¿La etiqueta ha dejado de ser válida, se intenta con ella englobar cosas demasiado dispares?
—No es indie todo lo que reluce, ¿pero qué importa eso? El integrismo y la pureza indie de antaño solo consiguieron reunir a unos pocos listos que mirábamos por encima del hombro a las masas sin gustos exclusivos. Aunque se pierdan cosas en el camino, nos gusta la actitud profesional de tomarse más en serio al público que a uno mismo que hay ahora. Se cuelan en la etiqueta bandas que hubiéramos tachado abiertamente de comerciales hace unos años, pero no tiene mucha importancia eso. Lo importante es que se hagan buenas canciones. Y lo malo que, como todas las modas, esta burbuja se desinflará. Esperamos sobrevivir de nuevo a la caída del indie...
—Cuando formasteis la banda, allá en los años noventa, ¿qué objetivos concretos teníais? ¿Le poníais ‘nombre’ a lo que hacíais o intentabais hacer?
—Los objetivos que nos poníamos eran muy modestos y a corto plazo. Hacer una canción, hacer una maqueta, hacer un disco... vivíamos al día y ni de coña pensábamos que habría un largo plazo también... Nunca fuimos de esos ambiciosos que se cuelgan una guitarra y dicen que van a comerse el mundo. Quizás siempre hemos pecado de modestos y de estar más pendientes de la música que de las muchas otras tonterías que rodean este mundillo.
—¿Estáis satisfechos con el resultado de ‘Diez’? ¿Qué es lo que más os ha gustado de lo que han dicho sobre este disco de madurez total?
—Ahora que tiene un año ya podemos hacer un balance de verdad, con más perspectiva. Y nos sigue pareciendo un acierto. Las canciones tienen justo lo que queríamos, que era más electricidad y más mala leche, riesgos y huida de nuestra zona de confort. Pero sobre todo nos parecen canciones que transmiten y que llegan a la cabeza y al corazón, que siempre ha sido el Norte de nuestra música. Y lo mejor que se ha dicho de él: «Si fuera un debut, la prensa diría que éste es el disco del año. Como son Niños Mutantes, dirá que es su mejor disco».
—¿Qué le aconsejaríais a esa banda de chavales que, ahora mismo, se está formando en cualquier garaje o bajera?
—Que disfruten, que se emocionen y que vivan con pasión su música. Y nada más.
—¿Veréis la edición de Eurovisión de este año?
—Desde Massiel y Abba, la verdad, dejó de interesarnos...
Lugar: Espacio Vías.
Hora: 21.00.
Entradas: 22 euros.