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cultura ■ patrimonio

La Catedral entra en la edad del hierro

Comienza la operación que forrará de andamios el edificio para bajar el rosetón del templo gótico y restaurarlo.

La plataforma colocada bajo el rosetón sirve ahora para sustentar los andamios que desde el interior permitirán restaurar este gran vitral. RAMIRO

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León

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verónica viñas | león

Un gran andamio tapa ya el rosetón central de la Catedral de León. Está apoyado sobre la plataforma colocada en 2006 y que durante siete años permitió a los visitantes —a razón de 104 al día— contemplar de cerca las vidrieras y la restauración del templo gótico. Esta semana empezará a montarse una ‘armadura’ de hierros, que cubrirán buena parte de la fachada principal, con el objetivo de bajar el rosetón y restaurarlo.

Han sido necesarios muchos cálculos para que estas ‘parihuelas’ sostengan el enorme peso de una vidriera que no se ha tocado desde la magna restauración que evitó que la Catedral se desplomara a finales del siglo XIX.

La rehabilitación de la gran cristalera, que dejará tuerta a la Catedral, corre a cargo de la Fundación Cepa —los empresarios de la cervecera mexicana Modelo, Cesáreo y Pablo González—, que sufragará los 398.000 euros que cuesta reparar una de las ‘joyas’ del templo gótico.

Se trata de una de las intervenciones más espectaculares y delicadas que ha visto el templo gótico en los últimos años. En la ‘cuenca’ vacía que dejará el rosetón se colocará una lona, con el nombre de los mecenas.

Mario González, administrador de la Catedral, explica que no hay precedentes y que la operación de desmontaje del gran vitral es «extremadamente compleja». Sin margen para cometer errores.

El gran rosetón que ilumina la nave central está decorado en el núcleo con la Virgen sosteniendo en brazos al niño y rodeada por ángeles trompeteros. Será la empresa Esoca, encargada desde hace años de la rehabilitación de las vidrieras, quien lleve a cabo también la difícil misión de rescatar el gigantesco vitral.

En 1859 el arquitecto Matías Laviña detectó profundas grietas en este rosetón. Dos años después se talaban 400 pinos para llevar a cabo un complejo andamiaje que permitiera desmontar el gran vitral. Ahora en lugar de madera los pilares serán de metal, pero la operación será igual de arriesgada.

En el siglo XIX, ya faltaban numerosos cristales originales del gran ‘ojo’ de la Catedral, de ocho metros de diámetro. Según Víctor Nieto Alcaide, uno de los mayores especialistas en vidrieras del mundo, las labores de restauración y renovación se fundieron y confundieron entonces. «En la restitución hubo una labor de falsificación», sostiene, al utilizarse vidrios antiguos «de procedencia incierta» para la realización de nuevas vidrieras.