Elegido entre 150 aspirantes

«Para la labor que yo realizo se necesita un saber multidisciplinar que abarca parcelas como la musicología, la semiología, los métodos y técnicas historiográficas como la paleografía, la codicología o estudio de los códices y la diplomática, saber latín, tener conocimientos en historia y sobre todo en teología, también en técnicas de conservación, restauración y digitalización, en historia del arte, y, por último, es necesario también ser documentalista-archivero». «Quizás será porque reúno todos esos conocimientos —dice— por lo que he sido el beneficiario de esa beca a la que también se presentaron cerca de 150 candidatos que tuvimos que pasar una tanda de tres exámenes. Entre los candidatos había prestigiosos musicólogos (alguno que incluso fue profesor mío) pero que quizá carecían de una u otra de esas aptitudes».